Aunque los expertos vienen diciendo que el número de alumnos por aula no influye en el rendimiento escolar, los docentes nunca nos lo hemos creído. Nuestra experiencia es otra. De hecho, cuando se oferta alguna enseñanza a quien puede pagarlo, se anuncia diciendo "grupos reducidos". Así estudió nuestro actual Rey. Pues bien, ya tenemos aquí una situación, a nivel nacional, de pocos niños por clase, por la baja natalidad; y ahora que podemos, ¿repercute ello en la calidad de la enseñanza? Habría que verlo: la baja ratio es una amenaza para la supervivencia de los colegios, y éstos se lanzan a competir por hacer cosas más llamativas. Lo cual no suele beneficiar. Si las familias tuvieran buen criterio, sería distinto, pero en una sociedad de consumo, donde la gente está habituada a ser camelada con chucherías y luces de neón, y toda institución, hasta los partidos y las religiones, se desviven por venderse, es improbable. Hacer unas jornadas culturales donde muestres, por ejemplo, qué estrecheces viven los niños de África y qué juguetes se fabrican, se ve demasiado cutre. La inteligencia, además, está disminuyendo en Europa, según una investigación psicológica. Sólo los hijos de los privilegiados tendrán ahora una formación correcta, más que nunca; serán aquéllos cuyos padres exijan que ante todo se dé el programa, y estén dispuestos a comprobar cómo va avanzando su hijo en redacción, cálculo mental, etc.
De Adolfo Palacios González en Cartas al Director, de El Diario Montañés.
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