13 septiembre 2019

TENDENCIAS CARNALES

Casos como el del monje de Montserrat, o el de Plácido Domingo si resulta ser cierto, pueden abrirnos los ojos sobre el peso que la carnalidad tiene en la vida cotidiana de mucha gente, papel más importante de lo oficial o socialmente reconocido. El deseo, latiendo firme bajo situaciones como el trabajo, el ocio... El contacto intenso con otros cuerpos, con ciertos cuerpos, resulta tan importante para algunos (parece que hombres en su mayoría) que están dispuestos a tomarlos sin pensar en las consecuencias, por lograr "la normalidad" que una parte de ellos, sin duda, ansía; el desahogo, la ilusión de lograr un bienestar al que en cierto modo se sienten con derecho, pero sin contar con el otro, pasando por encima de la moral que, seguramente, esas personas sí que tienen, o les gustaría tener. Esa carnalidad, habitualmente la imaginamos siendo sin conflicto en la vida de personas guapas, jóvenes y alegres, pero es evidente que se encuentra también, por supuesto, en personas feas, mayores y atrabiliarias. Y esas pulsiones, no dudemos que están alterando, como ocurre con la corrupción de la que corrientemente tenemos noticia, el correcto desempeño en los puestos de trabajo, en el ejercicio de la paternidad responsable, etc. Los intelectuales de los años 60 trataron este tema. Aún no está agotado.
Adolfo Palacios González, en Cartas al Director, de El Diario Montañés.

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