17 noviembre 2019

LA FRAGMENTACIÓN

Hemos oído ensalzar la diversidad en la sociedad, pero también hay que señalar las bondades de la homogeneidad. Se dice que "para educar a un niño hace falta la tribu entera"; eso significa que la tribu, en cierto sentido, ha de ser una, no un mosaico de mundos, de conflictos o enemistades. Bien, pues lo mismo que el alma infantil, creo que la psicología de los creadores (artistas, empresarios, investigadores, educadores sociales) necesita de un fondo o ambiente sobre el que reposar su inspiración; un porcentaje sólido de gente que vaya a recibir su acción sin incomprensiones, y secundar su anhelo de influjo. EE. UU. tuvo gran pujanza mientras mantuvo, en la era del "crisol", la idea de "ser todos americanos". Huntington lo reflexionó ya en 2004. Otros países han disfrutado de una cierta cultura nacional acumulada (Alemania, Singapur) a pesar de la suma de etnias y tendencias. Y cuando la mente quiere encenderse, la ausencia de una "comunidad ideal receptora" (parafraseo a Habermas) lo que hace es cortar el dinamismo, la alegría, a quienes podían estar haciendo quizá lo mejor por el país. Por eso, aquí, en cierto modo podemos añorar cosas como el bipardismo o la cadena de televisión única.
Adolfo Palacios González, para Cartas al Director de El Diario Montañés.

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