16 enero 2020

LOCALES DE RAMONÍN

Es a esta zona donde se trasladó Ramonín, compró un piso y local. Este último abarcaba todo lo que daba al frente de la Avenida hasta la puerta de entrada al edificio. Toda esta superficie comprada se somete a una partición con el objetivo de situar el bar, un local para otra actividad y un pequeño local para almacén o algo parecido.
Si comenzamos por este pequeño espacio, en principio tuvo una finalidad de expositor de los elementos relacionados con la caza. Allí estaban cananas, anillas para transportar las piezas cazadas, etc. No podemos olvidar que Ramonín fue, como ya veremos en otro momento, un vendedor de materiales para la caza. Debido a que el mantener este negocio se fue haciendo cada vez más complicado por las exigencias legales que se pedían y la inversión a realizar, Ramonín decidió dejar ese aspecto de su negocio y centrarse en el bar.
También aquí estuvo el taller donde el relojero González se trasladó para ejercer la actividad de venta y reparación de relojes. Con el tiempo se trasladó a donde actualmente está su taller. Con el traslado de la relojería, el local estuvo cerrado, pero por poco tiempo. Todos conocemos que Marisa Rubiales tenía su estanco, la lotería y perfumería en el otro lado de la calle, a pocos metros de aquí. Pero parece ser que en un momento determinado la legislación impedía que en el mismo local en el que se vendiese tabaco, pudiese estar la venta de loterías. Así que Marisa Rubiales, decidió alquilar el local para la venta de Lotería. Cuando Marisa se traslada de la zona, el local deja de tener actividad alguna.
A continuación nos encontramos con el espacio destinado al bar que seguiría manteniendo el mismo nombre de bar Sol. Era un espacio amplio con grandes ventanales que permitían observar el interior y el exterior según donde nos encontrásemos. Según se entraba por la puerta situada en la zona de la Avenida, al fondo nos encontrábamos con el baño, y a la derecha de la entrada aparecía el mostrador. Al fondo nos encontrábamos la cocina.
El bar tuvo una buena acogida. Instalaciones nuevas, servicio eficiente y una asidua clientela que aportaban las fábricas. Pero los años pasan, llega el tiempo de la jubilación y hay que dejar el bar. Ramonín se jubila y pasa a coger las riendas del negocio su hijo Reinaldo, en un momento determinado, después de unos dos años, decide dar el cierre al negocio de la familia.
Pero el bar y el lugar son atractivos, con lo que fácilmente es puesto en alquiler. De hecho al poco tiempo el bar pasó a estar nuevamente en funcionamiento, pero bajo otro nombre y otra dirección. Así en febrero de 1993 el bar está bajo la dirección Loly. El bar deja el nombre de Bar Sol y pasa a denominarse Bar Loly. El bar siguió la misma dinámica que había tenido hasta entonces. Atención a los clientes, apertura del bar a las cinco de la mañana como ponen en los anuncios que aparecen en los programas de fiestas. Pero las cosas van cambiando, no por la bajada de la calidad del servicio, sino por lo que les sucedió a todos los comercios de la zona. La construcción de túnel para evitar el paso a nivel, fue un mazazo para los comercios de la zona. Deciden dar por finalizado su contrato. El año de 2005 se echa la llave definitivamente al local que había sido primeramente bar Sol y posteriormente bar Loly. No se ha vuelto a abrir.
Al lado del bar, Ramonín hay otro local en el que en un principio estuvo ubicado la sucursal del Banco de Santander. Fue una ocupación transitoria, mientras se terminaba el bloque que nos encontramos al lado. Posteriormente, al quedar libre el local, el matrimonio decide poner fin al comercio de zapatos que tenían al otro lado de la calle, y trasladarse al nuevo local. Al frente de la zapatería seguía estando Pilar, como había hecho anteriormente. Pilar fue una pieza importante en el funcionamiento de los negocios: estaba al frente de la zapatería, ayudaba en el bar y había que controlar la evolución de los hijos. Pilar, cuando se alquiló el bar por la jubilación de Ramonín, sigue trabajando en la zapatería por aquello de poder acceder a la jubilación. Fueron poco más o menos dos años. A partir de ese momento dejan la actividad comercial, pero no así los locales.
El local donde estuvo la zapatería fue alquilado en dos ocasiones, aunque parece que no se prolongó mucho tiempo por la construcción del túnel.
En un primer momento allí se asentó una tienda de productos zoosanitarios. Se vendían piensos, vitaminas para animales de provecho: gallinas, conejos, etc. Además de otros productos. Un papel importante de la tienda era la venta de huevos. De hecho los dueños, residentes en Viérnoles, poseían una granja de gallinas, y vendían los huevos por la zona. Pero al final tuvieron que tomar la decisión de trasladarse de lugar, abriendo su nuevo local en la Avda. España, pegado a Fotos Puertas. También estuvo poco tiempo.
El local de Ramonín y Pilar se volvió a alquilar a un joven que puso un negocio de mensajería. Consideraba que el estar cerca de las fábricas podría facilitar el negocio considerando las posibles demandas de las mismas. Pero no fue así y se vio obligado a cerrar. El matrimonio de Ramonín y Pilar habían creado unos negocios que fueron triunfando poco a poco. Les había permitido disfrutar de la vida, con mucho esfuerzo, pero habían contraído el reconocimiento de los vecinos del pueblo. Habían posibilitado que sus hijos tomaran la decisión que consideraran conveniente. Significó que ninguno de sus hijos continuaran con la tradición familiar de comerciantes, pero consiguieron que sus hijos fuesen funcionarios, así su hijo José Ramón como maestro, su hija Mª Pilar como licenciada con trabajo de funcionaria en Madrid, y Reinaldo sea una persona conocida por su trabajo en la Policía Local del pueblo. El matrimonio está satisfecho de lo conseguido: felicidad y reconocimiento.
Hemos pasado los dos bloques y pegado a donde estuvo la zapatería de Pilar, nos encontramos con una serie de comercios de las mismas características en construcción y distribución.
El primero que nos encontramos era propiedad de Marcelino Ruiz Macho, hijo del médico de Cieza Marcelino Ruiz, y al mismo tiempo primo de Inés Macho Trujillo, madre de Fran y Ofelia. Este local se destinó a bar bajo la dirección de dos personas diferentes. Veamos quienes son estos.

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