Hoy quiero
contar un cuento
como el que
cuenta lentejas,
ni es firmar
un testamento,
ni despedida,
ni queja.
Tampoco es
vaticinar
porque no soy
adivino,
(si acaso
sólo divino),
sólo es
contar por contar.
Que nadie
muestre mareo
y tampoco
desaliento,
repito que
sólo es cuento
que ni yo
mismo lo creo.
Cierto que un
día llegará
que éste
ruiseñor-gorrión,
declinará en
su volar
y se acabará
su canción.
Será un fin
de vivencias
y se acabarán
las trovas,
las frases,
las ocurrencias
y ganas de
dar la coba.
En el postrer
de agonía,
no pienso
pedir perdón,
lo posible es
que ése día
muera como un
campeón.
Con la
sonrisa de muerte
y
hálito en el almohadón,
no querré
rezo indulgente,
tampoco la
extremaunción.
Sólo noble
sepultura
en las
páginas de un libro
sin
monaguillos, ni curas,
sin
candelabros, ni cirios.
Amigas y
camaradas,
compañeros de
camino,
si este ave
se va a la Nada…
brinden con
cerveza o vino.
Nada de
lloros, ni duelos,
ni
caras de afligidos,
esto sólo
será un vuelo…
vuelo en el
que me haya ido.
Lo digo con
sinceridad
y mucho
agradecimiento:
ya me disteis
cien por ciento
con vuestra
gran amistad.
Que la vida
es conclusión
y cuatro
cosucas más,
así que no
llorarás…
por un
ruiseñor-gorrión.
Hasta que el
lapso no lacere
vivamos
intensamente,
porque
después que te mueres…
pues es para
eternamente.
Y ya no habrá
langostinos,
ni cocido en
el puchero
y ni ¡ostias”
ni “pepinos”,
y ni “polvos”
mañaneros.
ASI QUE….
Si de la
pandemia asomo
aunque sea
como gorrión,
yo a éste
Mundo me lo como
y
cantando el aliroooon.
Tinuco desde SOMAHOZ
Marzo 2020
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Quede tranquilo el Poeta, ya que la Pandemia no llegará a Somahoz, porque es territorio de Flemming y, por él, estáis muy bien protegidos... además, quienes a la orilluca del Besaya viven, inmunizados están de por vida.
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