21 junio 2020

"EL TREN PASA AHORA, Y LA PLANTA DEBE DECIDIR SI LO COGE O NO"

La planta Nissan Cantabria se encuentra en estos días en una encrucijada en la que se juega un "futuro sostenible" que va más allá del año 2023, que ahora se marca como frontera para establecer el recorrido de una planta histórica como la de Los Corrales de Buelna. La ralentización de las negociaciones de su plan de ultra-competitividad entre dirección y sindicatos ha situado a la fábrica en un "momento delicado" ante "una gran oportunidad de futuro", como reconoció su director de operaciones, Eduard Reimondez.
"El tren pasa ahora, esa gran oportunidad pasa ahora, y la planta debe decidir si lo coge o no", dijo, para asegurar que "no sabemos si llegarán a pasar otros trenes, pero igual que este seguro que no". No hay bola de cristal ni varita mágica, pero el director de la planta está convencido de que "si avanzamos unidos, con determinación y credibilidad, podemos llegar al mejor de los puertos posibles", palabra dirigidas a todos los agentes implicados en que ese acuerdo fructifique.
Afirmó que el punto de inflexión será dar una respuesta adecuada a ese reto en las mejores condiciones, para lo que utilizó un símil muy del sector, "un coche sustentado sobre cuatro ruedas": el acuerdo con la representación de los trabajadores, inversiones para modernizar la planta, nuevas oportunidades de negocio y el apoyo de la administración regional. Cuatro soportes y tres actores, Japón, que tendrá que aportar inversiones y oportunidades de negocio; la propia planta, que deberá asumir el esfuerzo que requerirá ese futuro sostenible; y el Gobierno de Cantabria, apoyando los proyectos críticos que se presenten en adelante.
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