También en el Teatro cine Hispania fueron habituales las actividades relacionadas con
el baile, conferencias y homenajes.
De las sesiones de baile, no tenemos constancia, que se celebrasen desde el momento
del inicio de la actividad empresarial hasta su fin, lo que si es cierto, es que hay referencias a
que se llevaron a cabo sesiones de baile en el Hispania. Así nos encontramos que son
frecuentes las referencias a bailes, que se hacían a principios de la tarde de los sábados o
domingos, dejando la sesión de la noche para la proyección de la película programada para ese
momento. Esto debía de ser muy rentable para los empresarios, pues implicaba un enorme
esfuerzo, para los trabajadores del cine, dado que una vez terminada la sesión de baile, había
que proceder a situar las bancadas en su sitio para que los espectadores que iban al cine,
tuvieran el lugar donde hacerlo.
También había días señalados que era habitual la celebración de bailes en la sala. Estos
días, eran básicamente, el Día de Fin de Año, el Día de las Modista y los Días de Carnaval y el
Domingo de Piñata.
El Día de Fin de Año, es algo que todos tenemos muy claro, lo que significaba el poder
salir al baile. ¿Quién no se acuerda de las reuniones con los amigos, en el Atom 2000 o el
Casino a celebrar el Fin de Año? Pues bien, en los años que estamos hablando, había tres
opciones para los que tenían edad para salir de casa. Una era el ir al Casino, pero con dos
problemas, uno el “elevado” nivel económico de las personas que allí asistían y la necesidad
de ser socio del Casino, pues solo podían asistir a las fiestas los socios y sus familiares. Parece
ser que no todos tenían en el pueblo esas posibilidades. Las dos restantes opciones eran el
Salón Rogelio y el Hispania. A ambos, podía entrar cualquier persona sin necesidad de ser
socio, solo pagar la entrada y pasar buena noche. Aquí estaba la competencia entre empresas.
Otro día, en que el Hispania se solía convertir en centro de baile, era el Día de las
Modista, que se celebraba el 13 de diciembre, día de Santa Lucía, patrona de las mismas.
Fueron varios los años que se llevó a cabo esta fiesta en el Hispania, la más significativa, y la
primera de la que tenemos noticia, fue en año 1929. A través de la prensa, podemos deducir,
que todos los talleres que existían en el municipio, podían asistir a dicha fiesta, pero sólo
concursaban y participaban aquellos talleres que se apuntaran y enviaran los nombres de las
modistas que trabajaban en el taller. De hecho, ya en el mes de noviembre, se hacen
llamamientos a través de la prensa, para que se presenten todos los talleres que lo deseen,
para logar la mayor participación posible. La prensa habla de la presentación de 4 talleres,
pero solo hemos podido encontrar tres. Estos estaban dirigidos por María Meléndez, Felicitas
Martínez y Caridad P. Jorganes. Entre las tres tenían trabajando como modistas a 25 mujeres.
Bien es cierto, que María Meléndez debía ser un taller pequeño, dado que solo cuenta con 3
modistas.
Era una fiesta en la que participaban los comercios de la zona, aportando regalos que
posteriormente irían destinados a las participantes. Así, Manuel Muñoz, que tenía un comercio
en Torrelavega, premia a la modista señalada como reina de la fiesta, con un reloj de oro, de
pulsera; además toda la compra que se hace en dicho comercio en el periodo señalado, tendrá
para la ganadora un descuento de 10%; por otro lado, las primeras modistas que realicen la
compra de una máquina de coser o de bordar tendrán un descuento de 100 pts. Hay otros
comerciantes, que también colabora, como es el caso de Antonio Polanco, de almacenes “El
Águila”, que al parecer, también hace entrega de un “precioso” regalo, aunque nos quedamos
con la duda de cuál fue. El propietario de la fonda Zamanillo dona para tal fin un “precioso
estuche de perfumería”, que será sorteado entre las modistas. La S.A. “José María Quijano”,
colabora con la aportación de madera y obreros para la construcción de las mesas para el
banquete que se celebrará ese día en el Hispania.
Muchos comerciantes del pueblo, quieren participar en la entrega de regalos, pero no
tienen claro donde depositarlos. Parece ser que el corresponsal del periódico EL CANTABRICO,
se ofrece para ser intermediario, para evitar que ninguno de los comerciantes, deje de
participar.
Para hacer más atractiva la participación de los vecinos, todos los regalos se exponían,
al menos en este año, en los escaparates de la farmacia de Julio D. Gallo, situada a los inicios
de la antigua Puerta del Sol, nada más pasar la vía en dirección al municipio de San Felices de
Buelna.
Cuando llegaba el día 13, a las 9:30 de la mañana se asistía a misa en la iglesia
parroquial de San Vicente. Era habitual, que fuera el reverendo párroco Felipe G. Cañas, quien
oficiase la misa, pero en esta ocasión, por desplazamiento imprevisto a Santander, la celebró el
párroco de la iglesia de Somahoz.
Igualmente, en los días de Carnaval y el Domingo de Piñata, se llevaban a cabo en el
Hispania, actividades relacionadas con los bailes de máscaras, quizá no con los gastos que se
registran actualmente pero, posiblemente con mayor originalidad y personalidad,
consecuencia no de comprarlo, sino de hacerlo con lo que uno encontraba.
Los empresarios del Hispania no dudaban en buscar nuevas actividades y fuentes de
ingreso para atraer personas a su Teatro-cine, así organizaba concurso de bailes individuales o
por parejas. Tenemos constancia de su existencia pero no, de las condiciones en que se
llevaban a cabo, los participantes o los premios.
En definitiva, el baile fue otro de los palos que tocaron los empresarios del Hispania.
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