La sequía podría “convertirse en la próxima pandemia” a medida que aumentan las temperaturas globales, advirtió este jueves la ONU, instando a los países a tomar medidas urgentes sobre la gestión del agua y la tierra y afrontar la emergencia climática.
“La sequía está a punto de convertirse en la próxima pandemia y no hay vacuna para curarla”, señaló la representante especial de la ONU para la reducción del riesgo de desastres, Mami Mizutori, citada por Reuters.
La Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres publicó el jueves el ‘Informe especial sobre la sequía de 2021’, en el que se señala que las sequías ya han provocado pérdidas económicas por al menos 124.000 millones de dólares y han afectado a más de 1.500 millones de personas entre 1998 y 2017.
“La sequía está a punto de convertirse en la próxima pandemia y no hay vacuna para curarla”, señaló la representante especial de la ONU para la reducción del riesgo de desastres, Mami Mizutori, citada por Reuters.
La Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres publicó el jueves el ‘Informe especial sobre la sequía de 2021’, en el que se señala que las sequías ya han provocado pérdidas económicas por al menos 124.000 millones de dólares y han afectado a más de 1.500 millones de personas entre 1998 y 2017.
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Recuerdo que ya a finales de los años setenta, un humorista al que entrevistaban por la tele (no sé si era Chumy Chúmez o el Perich) aludía a un problema que había "en España", que era el avance de la desertización, desde el sur de la Península. El asunto era conocido, aunque no se veía como un problema ecológico (no existía el ecologismo, ni apenas el punto de vista ecológico) ni tampoco se veía, en consecuencia, como algo ligado a otros factores y fenómenos; era un hecho "práctico" que se planteaba como algo local y puntual a lo que habría que poner freno. El entrevistado decía que había cosas de cierta importancia de las que no se hablaba en los medios de comunicación, y sin embargo, decía, se prestaba atención a cosas que no eran tan importantes. Hoy día podemos consultar el nivel del pantano del Ebro en tiempo real, cada jornada, en Internet. Lleva meses más bajo que nunca. Puede ser algo transitorio, pero la prensa local no hace mención de ello; y la gente, en general, sólo quiere que "haga bueno", porque soportar la lluvia no da "vida", dicen. Revilla reclama que nos den los hectómetros cúbicos que nos han prometido, no hace mal. Y la hostelería, de la cual dependemos en exceso -quizá porque los que saben hacer otras cosas ya se fueron hace tiempo-, por supuesto que no va a levantar la voz para lamentarse de que no llueva. Sí que oigo, a gente de todo tipo, protestar en cuanto llueve dos días seguidos, como si llevase meses haciéndolo; parecen olvidar todo el sol que ha hecho antes, semana tras semana, sin que a nadie le pareciera mal; será que la carne es débil, o no sé qué será, pero aquel humorista perdido ya entre la multitud televisiva y el paso de los años, aquel hombre, es para mí el que vale. Me pregunto cómo nos habría ido si todos fueran como él. Mientras tanto, Cantabria quizá gane población -proveniente del sur- con el avance de la sequía, pero ya veremos si eso es bueno o malo, y por cuánto tiempo. Y los medios y las tertulias seguirán comentando cualquier frase irrelevante que algún político haya dicho ese día (y que a los dos días habremos olvidado) y la respuesta oportuna que otro político -yo no sé cómo se enteran enseguida, oye, parece que no tienen más que hacer que estar al día de lo que dice el oponente- le ha dirigido desde alguna rueda de prensa; pues parece que sólo interesa el "quítate tú para ponerme yo". Y mientras tanto, la casa sin barrer.
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