Puede que algunos caigan en la tentación de querer "superar el conflicto" con el independentismo catalán. Hay que darse cuenta de que el asunto lleva activo un siglo, y en este tiempo ha tenido sus puntos de exaltación y otros de relativa calma, con porcentajes de población variables. Los nacionalistas no ofrecen razones prácticas por las que deberían separarse, y tampoco entran en el debate de para quién exactamente sería ello bueno. No pretenden convencer, y algunos han dado muestras de las malas prácticas que se desatarían si se vieran libres de actuar. Ante tan irracional panorama sólo cabe seguir aguantando firmes y esperar que se aburran por una temporada más; también para el resto de nosotros conlleva tensión, pero no hay alternativa. Creo que no resignarse a que la política sea aburrida, es impaciencia y mesianismo.
Adolfo Palacios para Cartas al Director, de El Diario Montañés.
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