Existe el derecho al trabajo, y no está mal que exista, pero también debemos contemplar el derecho de la sociedad, de la nación, a tener en sus puestos a gente que sea cumplidora, competente, y a ser posible con ganas. En la función pública esto se intenta cubrir con oposiciones; no son perfectas, pero son algo. Uno puede decidir jubilarse con el ánimo de dejar paso a los jóvenes, pero puede haber jubilados más aptos para algunos trabajos que ciertos jóvenes. Y en esta reflexión incluyo a algunos empresarios, que no deja de ser una modalidad de trabajadores, y los hay que no responden a lo que se debe esperar de un empresario. El trabajo, hay que merecérselo. Claro que también, como sabemos, hay condiciones laborales (y sociales, políticas...) que desmotivan a cualquiera.
Adolfo Palacios, en Cartas al Director, de El Diario Montañés.
1 comentario:
Yo, que he trabajado de empresario (directivo) en los últimos treinta años de mi vida, no puedo estar más de acuerdo con esta reflexión de Adolfo.
Derecho al trabajo, por supuesto. Pero para que ese derecho pueda ejercerse, deben cumplirse varias condiciones que no siempre se cumplen:
- Que existan empresarios a los que "se les facilite" la creación de puestos de trabajo
- Que, quienes intenten ejercer ese derecho, tengan verdaderamente interés y lo demuestren, de trabajar, realizar bien su trabajo, con ello, ayudar a la empresa (y por supuesto empresario), a que la empresa gane dinero (que es para lo que se creó) y con ello a que la sociedad pueda realiza su derecho al trabajo.
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