Los Corrales de Buelna ya tiene su bolera cubierta, un largo camino de birles y bolas quedas, de tiros a la mano y al pulgar para terminar embocando un proyecto que se ha hecho de rogar durante una década. Una instalación polivalente que se acopla al norte del complejo municipal deportivo y que lleva, a título póstumo, el nombre del hombre que soñó en su día con ese proyecto, 'Cundi' Ceballos, el fundador de la histórica peña La Rasilla, presente en buena parte de los discursos de las autoridades presentes.
La selección nacional de bolos y un elenco de jugadores locales estrenaron el corro con un encuentro para el recuerdo; decenas de aficionados hicieron lo propio con las gradas, con cerca de 700 plazas; y los políticos la instalación, un edificio del que ya se habla en Cantabria y en toda España. Prueba de ello es que será protagonista en el próximo Congreso del Hormigón a celebrar en Valencia a lo largo del primer trimestre de 2022.
Cerca de un millón de euros han sido necesarios para poner en pie un edificio singular, como lo querían desde el primer momento los integrantes del gabinete de ingeniería BP, responsables del proyecto. El corraliego Miguel Pérez fue el encargado de explicar los detalles, "los rasgos diferenciadores". Su aspecto exterior, único, combinando un acabado de hormigón texturizado en su parte inferior con un anillo de elementos de madera laminada en su coronación, intercalando entre ambos amplios ventanales que permiten un gran aporte de luz natural. La distribución de sus espacios, con una gran balconada al sur que permitirá seguir los partidos de fútbol que se celebren en el campo de hierba artificial; los vestuarios y almacenes ubicados en la planta baja que complementarán y mejorarán la oferta de dependencias del complejo municipal sobre el que se levanta el edificio, "todo al servicio de los deportistas"; un graderío retráctil que permitirá aumentar la superficie libre disponible para celebración de eventos deportivos o socio-culturales más allá de la actividad bolística; y una sala polivalente que podrá albergar desde cursos de formación o tecnificación hasta actos culturales y sociales.
La selección nacional de bolos y un elenco de jugadores locales estrenaron el corro con un encuentro para el recuerdo; decenas de aficionados hicieron lo propio con las gradas, con cerca de 700 plazas; y los políticos la instalación, un edificio del que ya se habla en Cantabria y en toda España. Prueba de ello es que será protagonista en el próximo Congreso del Hormigón a celebrar en Valencia a lo largo del primer trimestre de 2022.
Cerca de un millón de euros han sido necesarios para poner en pie un edificio singular, como lo querían desde el primer momento los integrantes del gabinete de ingeniería BP, responsables del proyecto. El corraliego Miguel Pérez fue el encargado de explicar los detalles, "los rasgos diferenciadores". Su aspecto exterior, único, combinando un acabado de hormigón texturizado en su parte inferior con un anillo de elementos de madera laminada en su coronación, intercalando entre ambos amplios ventanales que permiten un gran aporte de luz natural. La distribución de sus espacios, con una gran balconada al sur que permitirá seguir los partidos de fútbol que se celebren en el campo de hierba artificial; los vestuarios y almacenes ubicados en la planta baja que complementarán y mejorarán la oferta de dependencias del complejo municipal sobre el que se levanta el edificio, "todo al servicio de los deportistas"; un graderío retráctil que permitirá aumentar la superficie libre disponible para celebración de eventos deportivos o socio-culturales más allá de la actividad bolística; y una sala polivalente que podrá albergar desde cursos de formación o tecnificación hasta actos culturales y sociales.
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