Todos queremos lo mejor para la UIMP, y yo aquí traigo mi particular "tormenta de ideas": Occidente ha dejado de ser el centro del mundo, hacer una universidad internacional implica desanclarse de postulados europeos e ilustrados; traer, por ejemplo, a especialistas orientales, si su precio lo permite. Y en otro plano, hay que superar la tentación de la doble faz, entre tratar, por una parte, temas comprometidos y abordados sin concesiones, y querer mantener, por otra parte, un ambiente liviano ("universidad de verano", "marco incomparable") en el que no se acabe amargando el día al personal. Que yo apostaría por lo más fuerte, aunque sólo fuera porque, si no lo hacemos nosotros, otros lo harán.
Adolfo Palacios para Cartas al Director de El Diario Montañés.
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