Interesante descubrimiento: un estudio publicado por la Universidad de Los Ángeles, indica que la AMISTAD es verdaderamente especial. Se descubrió que LOS AMIGOS contribuyen al fortalecimiento de la identidad y protección de nuestra salud y futuro. Constituyen un REMANSO en medio del mundo real, lleno de tempestades y obstáculos.
Los amigos nos ayudan a llenar los vacíos emocionales, y nos ayudan a recordar quienes somos realmente. Después de 50 años de investigación, se identificó que existen sustancias químicas producidas por el cerebro que ayudan a crear y mantener lazos de amistad. Los investigadores se sorprendieron con los resultados del estudio:
Cuando es liberada la hormona OXITOCINA como parte de la reacción frente al estrés, los amigos sienten la necesidad de agruparse. Y cuando los AMIGOS se juntan, se produce una cantidad aún mayor de Oxitocina (estimula el amor y la ternura), de Endorfinas, de Dopamina y de Fenilananina (generan entusiasmo y alegría), que reducen el estrés más agudo y, más bien provocan sensaciones agradables y divertidas.
Se cree fehacientemente que, LA AMISTAD, PROLONGA LA VIDA (las personas que no tienen óptimas relaciones de amistad, generalmente no gozan de buena salud). Por eso, tener amigos nos ayuda no solo a vivir más, sino también a vivir mejor. El estudio sobre la salud indica que, cuantos más amigos tengamos, mayores son las probabilidades de llegar a viejos sin problemas físicos y con salud plena. También se observó que la amistad ayuda a superar los momentos críticos (como la muerte del cónyuge o de un pariente cercano), y se percibió que quien puede confiar en un ser muy amado, o en sus amigos, reacciona y se recupera en un lapso menor que aquéllos que no tienen a nadie en quien confiar.
El estudio concluyó que, la amistad, constituye una excelente fuente de alegría, fuerza, salud y bienestar.
1 comentario:
Sobre la amistad reflexionó ya Aristóteles. Yo no voy a enmendarle nada, pero diré que la amistad se puede desarrollar en diferentes ambientes. Eran conocidas las amistades que se hacían en la mili, a base de convivir 24 horas al día, 365 días al año. También se pueden hacer en ambientes que, para algunos, sin embargo, representan "el demonio": muchos habrán encontrado remansos y fuentes de energía en ambientes filoetarras, colonias catalanistas, campamentos escultistas, salones parroquiales, bares de gais, grupos paramilitares, hermandades rocieras, asociaciones feministas, y sectas de todo tipo. Pero por encima de todo eso, yo creo que con la amistad pasa como con el amor, la poesía, o la pintura del museo del Prado: todos hablan de ella, y muchos estarán convencidos de haberla vivido, comprendido y apreciado, pero me temo que pocos la han conocido verdaderamente, y quizá pocos valen para experimentarla, pues pienso que es una especie de vocación o habilidad. La amistad tiene que tener sentimiento, un sentimiento inequívoco e inevitable (si no hay sentimiento, malamente podrá llamarse amistad); tiene que implicar algún tipo de transformación subjetiva, que se produce por presencia o recuerdo de la otra persona, como un reverdecimiento tras el riego. Claro que el lenguaje común es un cajón de sastre, y también es lícito usar el término amistad con la alegría con que algunos llaman amigo a cualquiera con quien juegan a las cartas sin mediar palabra. Y es que, por extensión, "hay que tener amigos hasta en el infierno". Y decir también que las cosas, en esta vida, no suelen ser ni del todo blancas ni del todo negras, y por mucho que se sientan como positivas, pueden traer consecuencias negativas, bien sea para los implicados o para otros que tienen la desgracia de quedar en su radio de acción; pues sin duda hubo grandes amistades entre afiliados nazis, y su amistad reforzó su nazismo, lo cual no benefició a los judíos. Y el amor, por otro lado, puede venir del nazismo, como en la película "El portero de noche". Como decía aquel personaje de los dibujos animados, "no todo puede salir bien". Nos corresponde a nosotros navegar y decidir en esas aguas revueltas.
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