El presidente, Óscar del Val, resumió lo sucedido en esa asamblea en una frase: "se palpan las ganas tremendas de celebrar nuestra fiesta". De hecho, fue un camino de rosas para la directiva, con la aprobación de los tres puntos que se llevaron a debate por unanimidad, el balance de los tres últimos años, el estado de cuentas y el programa festivo para la próxima edición.
La única Fiesta de Interés Turístico Internacional de Cantabria "ha salido reforzada de este periodo complicado", decía Del Val, al explicar que el número de integrantes de la asociación ronda las 1.400 personas, algo más incluso que antes de la pandemia. También la directiva sale reforzada con la aprobación de unas cuentas mermadas por la falta de subvenciones: "aun así los miembros han entendido que eran unas cuentas claras y se han aprobado por unanimidad". En el estado económico de la fiesta hubo una mención clara a lo que, desde la dirección, se entiende como una "cierta falta de apoyo del Ayuntamiento" en esta legislatura. Especialmente en relación con la compra del buque insignia de la próxima edición, el nuevo Circo Máximo. Del Val recordó que la mitad ha llegado desde el Gobierno regional y la otra mitad la ha aportado la Asociación Guerras Cántabras, con lo que, teniendo en cuenta que Cultura cederá su parte al colectivo, "será nuestra y solo nuestra", recalcó el presidente. Tampoco ha llegado desde el Ayuntamiento la ayuda esperada para celebrar una edición especial este año, recordó. Eran los dos principales puntos de la nueva directiva, poder complementar el programa festivo con actos que reflejaran la importancia de la declaración de internacionalidad de la fiesta y la compra de ese circo máximo.
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