10 julio 2022

EN RECUERDO DE JOSÉ LUIS SOLAR PEÑA

Hay días que parece que van a ser hermosos. Has dormido bien, por la ventana entra el sol y hay tranquilidad en el patio de tu casa. Y de pronto suena el móvil. Una llamada desconocida, descuelgas y una voz que te dice: “Jose mi hermano ha aparecido, le han encontrado en el río de Cieza”
Esta es la noticia que he tenido hoy. José Luis Solar Peña, José para los vecinos del barrio de Los Millonarios, ha decido poner fin a su vida. Muchos sabíamos qué hacía unos días que había desaparecido de casa. Todos esperábamos que apareciera, después de haber pasado unos días paseando por el monte, recargando las pilas con los árboles de los alrededores, o recobrando su inspiración para deleitarnos con sus escritos o poesías que después aparecían en blogs de José Salas. Pero no, todo se ha acabado, ya no habrá más poesías, escritos sobre las formas de vida de épocas pasadas.
José Luis era una persona al que habitualmente veíamos pasear por el pueblo, solo con la compañía de un pequeño perro. En ocasiones le veíamos sentado tranquilamente en la parada de autobuses o en la zona del Cuartel. Siempre en silencio, tranquilo. Muy introvertido motivado posiblemente por sus problemas mentales, pero la verdad que siempre dispuesto a hablar con las personas con las que se sentía a gusto.
Durante un tiempo participó en el cuerpo de Protección Civil del pueblo como voluntario. Fue un gran amante de la poesía, de escritos costumbristas relacionados con nuestro pueblo, y por su puesto por la música, The Beatles, Deep Purple, Rollign Stones, Bob Dylan… ¿Cuántos LP habrá en sus estanterías?
Pero para nosotros, los que en aquellos momentos, con 10 y pocos años más, vivíamos en el barrio, José Luis era una referencia a la hora de jugar en los montes de las cercanías. Él era quien nos construía nuestras armas para jugar en el monte de Fresneda o en el eucaliptal situado encima de la cambera. Aquellas ametralladoras de madera, construidas por José siguiendo el modelo de los “chistes” de Hazañas Bélicas, que siempre podíamos leer mientras él trabajaba con las armas. Teníamos que ir bien armados. No podía faltar la famosa pistola “Luger”, construida en madera y pintada en negro. Pero no solo esto, José nos hacía nuestros tiragomas con los que luego tratábamos de abatir algún pájaro. Tampoco podemos olvidarnos de aquellos patinetes realizados con madera y con los rodillos, que traían nuestros padres de la fábrica. Con estos patinetes bajábamos desde la fuente de Cachucha hasta el garaje Maquea. Y decir de la construcción de las cabañas en el monte con ramas, helechos, etc. Podríamos decir muchas más cosas de la importancia que tuvo José Luis en nuestros juegos.
Pero también en la música, él fue el que primero nos comenzó a hablar de un grupo musical de origen inglés. Nos decía que se llamaban The Beatles, todo era en inglés, no entendíamos nada, era totalmente contrario a la música a la que nosotros estábamos habituados. Pero él dale que dale. Unos y otros grupos, pero siempre en inglés. Fue la época en la que todos comenzamos a coleccionar los cromos del álbum de los The Beatles que salían en las bolsas de pipas. Creo recordar que él fue el primero que lo completó, en aquellos momentos estaba siempre con una bolsa de pipas.
Evidentemente, José Luis nos acercó al mundo de la música anglosajona y poco a poco fuimos conociendo a estos grupos musicales; él nos grababa los discos que no teníamos y él era el que iba creando una enorme colección de discos de música.
Con el tiempo José se fue refugiando en su aislamiento, solo en compañía de su perro, con sus discos y también con la poesía. Nunca hizo un libro de poesía, solo iba escribiendo y allí se quedaban en el cajón. En ocasiones encontramos una poesía escrita en algún programa de fiestas, en la Semana del Libro, o vemos como alguien recita un poema de José Luis, pues nunca era capaz de salir a un escenario. Y también en ocasiones se han publicado sus poemas en al Blogs que tiene nuestro amigo José Salas.
Solo he querido poner una vela por la muerte de nuestro vecino y amigo José Luis en el día que apareció muerto. Posiblemente, allá arriba se haya encontrado con su buen amigo Ángel Pérez Silo, con el que podrán charlar de música y de poesía. Seguro que saldrán buenas poesías, escucharán buena música. Y si se encuentran con Benjamín Salas, que no duden que les haga una de sus buenas fotografías. Seguro que vais a pasar buenos ratos. José Luis, seguro que ahora vas a ser feliz.
Pulsa sobre la imagen para acceder a las obras publicadas en este blog. .
José Francisco López Mora

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