El restaurado lavadero de Collado de Cieza sirvió este jueves para homenajear a las mujeres que por aseo doméstico u oficio ejercían de lavanderas hasta entrado el siglo XX, mujeres fuertes que aprovechaban ese rato para compartir alegrías y penas, historias y cánticos, "la red social de entonces" decía la directora general de Cultura, Gema Agudo.
Una veintena de personas acudió a la cita propuesta por la Red Cántabra de Desarrollo Rural para poner en valor 'El oficio invisible de las lavanderas', una jornada que incluyó "un piscolabis" y un taller de elaboración de jabones a la antigua usanza y una panderetera para poner música al encuentro.
Diego Naranjo y María Grijuela dirigieron una actividad enmarcada en las propuestas del programa 'Culturea' de la Dirección General de Cultura, contando con la especialista en cosmética María Hernández, directora del taller de elaboración de jabones y "potinguera", como ella misma se definió.
Una veintena de personas acudió a la cita propuesta por la Red Cántabra de Desarrollo Rural para poner en valor 'El oficio invisible de las lavanderas', una jornada que incluyó "un piscolabis" y un taller de elaboración de jabones a la antigua usanza y una panderetera para poner música al encuentro.
Diego Naranjo y María Grijuela dirigieron una actividad enmarcada en las propuestas del programa 'Culturea' de la Dirección General de Cultura, contando con la especialista en cosmética María Hernández, directora del taller de elaboración de jabones y "potinguera", como ella misma se definió.
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