Tras mi último viaje a Alemania, el mes pasado, tenemos que acordarnos de cuando Camilo José Cela decía que Cantabria (la Montaña) era "como Suiza". Quizá por eso, cuando fui a Alemania por primera vez, hace treinta años, yo decía a mis amigos alemanes que mi pueblo, si hubiera tenido una evolución razonable, sería parecido a Alemania. Lo he vuelto a pensar ahora; y al ver, en concreto, lo que allí llaman Kleingarten o Schrebengarten, no pude evitar pensar en nuestro barrio de Los Millonarios; pues me evocaban, esas zonas ajardinadas dispuestas en rectángulos, al barrio donde vivimos, y creo que, si los corraliegos hubiéramos tenido el poder adquisitivo y, sobre todo, los valores y la iniciativa que tuvieron los alemanes a finales del siglo XIX (fue en Leipzig donde nació el asunto, aunque luego se extendió), a estas alturas el paisaje urbano sería parecido. A José María Quijano, desde luego, los "kleingarten" le habrían encantado, si es que no los conoció. Pero las casas de la Hoya, etc., en vez de evolucionar hacia ellos, han evolucionado hacia una urbanización "spanisches" más estándar.
En esta ocasión he conocido con cierto detenimiento un "Schrebengarten" en Berlín (fundado en 1933), pero los hay por todo el país.
Algunas de esas parcelas tienen detalles de lo más cursi, como enanos de plástico o piscinitas hinchables, pero en general están bien y en una de ellas he visto, por ejemplo (en un pequeño estanque), las ranas más grandes de mi vida, que no dejaban de croar aunque yo pasase por allí. En esas parcelas, los dueños -o arrendatarios- rivalizan informalmente en ingenio a ver quién la decora más bonito o quién pone los cacharros más llamativos, y pasan allí ratos de descanso, de conversación, de barbacoa o de huerta. Tienen obligatorio que la cuarta parte de las plantas sean de temporada, entre otras normas. No sé si se pasará un inspector a comprobarlo.
Como resultado, dejo de estudiar el chino y a partir de ahora me voy a dedicar al alemán. Que es lo que siempre me gustó.
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