Se preguntaba un escritor de posguerra si era legítimo ponerse a hacer poesía, vistos los desastres y horrores del mundo. Pero ¿por qué tiene que ser el arte el que haya de justificarse?, podríamos preguntar si es legítimo seguir yendo al fútbol, o al bingo, o de comida con los amigos. La verdad es que no todo el mundo tiene sensibilidad artística (no todos tenemos todos los tipos de sensibilidad, en realidad), eso hace que para algunos el arte no sea tan importante. Y por otro lado ¿es legítimo contemplar un paisaje, o enamorarse, en vista de las desgracias del mundo?... Hoy día, cuando los medios de comunicación nos hablan de arte, suelen presentarlo ligado a algún contenido o finalidad social, reivindicativa; temas con los que puede enganchar una mayoría, en un contexto donde el arte corre el riesgo de verse como un capricho de privilegiados y elitistas. Sin embargo, reducir el arte a ese marco priva a las personas con sensibilidad y potencial artístico de profundizar en lo específico y originario del arte, en aquello que hace que las obras tengan interés propio y nos revelen esa dimensión donde mandan la inspiración, la originalidad y la belleza.
Adolfo Palacios para Cartas al Director de El Diario Montañés
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