Ángel Sánchez es un médico de familia que tiene más de 22.000 seguidores en su cuenta de Twitter, donde suele compartir información y consejos sobre todo tipo de situaciones. Sin embargo, uno de los posts más vistos es el que colgaba hace unos días y que se hizo viral por la lección de vida que supuso para el doctor.
El doctor había salido a comer a una terraza de Madrid aprovechando el buen tiempo de la capital. Mientras comía se le acercó una mujer para pedirle dinero, una situación que se repite cada vez más por las consecuencias económicas de la pandemia, primero, y de la subida de las tarifas eléctricas, después. Ángel no llevaba efectivo, pero le dio otra opción: invitarla a comer.
Se le dibujó una sonrisa y me dijo si podía pedir comida para llevar a su hijo. Y así hicimos. El personal del restaurante la invitó a entrar a esperar la comida en la barra (le daba vergüenza entrar inicialmente) y tomarse algo mientras esperaba".
Cuando su pedido estuvo preparado, el personal del restaurante le dio su comida y ella regresó a la mesa del médico para agradecerle una vez más su gesto.
"Ella pensaba que yo la había ayudado, pero fue al revés". Estaba siendo un día intenso de trabajo y me fui solo a comer para evadirme. Ese momento fue un punto de conexión con la realidad, de relativizar la importancia de las cosas y consiguió cambiar el resto del día". Y deja este mensaje para explicar sus sentimientos: "Vivimos tan rápido que no somos capaces de disfrutar las pequeñas cosas. Vivamos despacio. Cuidemos de los demás". Su hilo se ha hecho viral y ha provocado que muchas otras personas compartan situaciones similares en las que pudieron ayudar a los demás. Un mundo más solidario es un mundo mejor.
El doctor había salido a comer a una terraza de Madrid aprovechando el buen tiempo de la capital. Mientras comía se le acercó una mujer para pedirle dinero, una situación que se repite cada vez más por las consecuencias económicas de la pandemia, primero, y de la subida de las tarifas eléctricas, después. Ángel no llevaba efectivo, pero le dio otra opción: invitarla a comer.
Se le dibujó una sonrisa y me dijo si podía pedir comida para llevar a su hijo. Y así hicimos. El personal del restaurante la invitó a entrar a esperar la comida en la barra (le daba vergüenza entrar inicialmente) y tomarse algo mientras esperaba".
Cuando su pedido estuvo preparado, el personal del restaurante le dio su comida y ella regresó a la mesa del médico para agradecerle una vez más su gesto.
"Ella pensaba que yo la había ayudado, pero fue al revés". Estaba siendo un día intenso de trabajo y me fui solo a comer para evadirme. Ese momento fue un punto de conexión con la realidad, de relativizar la importancia de las cosas y consiguió cambiar el resto del día". Y deja este mensaje para explicar sus sentimientos: "Vivimos tan rápido que no somos capaces de disfrutar las pequeñas cosas. Vivamos despacio. Cuidemos de los demás". Su hilo se ha hecho viral y ha provocado que muchas otras personas compartan situaciones similares en las que pudieron ayudar a los demás. Un mundo más solidario es un mundo mejor.
Fuente: El Confidencial
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