Me ha causado sorpresa el "concienzudo" estudio realizado por ESADE, en el que se ha llegado a la conclusión de que el MIR provoca una brecha de género, cuando se trata de un mismo examen para todos. Una vez acabado el mismo, es corregido por profesores, mujeres y hombres indistintamente, y lo hacen desconociendo en todo momento si el alumno es hombre o mujer.
Se ha puesto la atención en motivos subjetivos, citando como uno de ellos que las mujeres están en inferioridad porque las pruebas favorecen la competitividad. Efectivamente todos están compitiendo por superar unas pruebas que, como en otros muchos aspectos de la vida, conllevan una competitividad intrínseca, llegando a reconocer el informe una inferioridad de las mujeres con respecto a los hombres en este importante aspecto al que, en este caso, como los interesa, dan un matiz peyorativo.
Para rematar alegan que las mujeres también salen perjudicadas en este tipo de exámenes de 200 preguntas y más de 4 horas y media de duración porque, según el estudio, los hombres arriesgan con respuestas al azar. Dicho con otras palabras, como los interesa, al saber lo llaman suerte.
Como no existen unas pruebas físicas donde poder beneficiarlas, el informe propone varios cambios, como eliminar la penalización por respuesta incorrecta (donde ellas cometan más errores), o reducir el peso del examen final (donde ellos obtienen mejor puntuación), con respecto a las notas del curso (en las que ellas tienen mejor nota).
En definitiva, en aras de la igualdad, se harán denodados esfuerzos desde todos los ámbitos, para introducir los cambios que sean necesarios hasta que ellas saquen, como sea, mejores notas que ellos.
A. José Salas
Yo creo que acabarían antes si a las pruebas del MIR dejasen presentarse a los hombres sólo en el número y proporción que les toque hasta compensar el agravio histórico y patriarcal. Y luego, también entre los enfermos, deberían descartar a aquellos pacientes varones que, arriesgándose, acceden a tratarse con terapias innovadoras.
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