Dejémonos de ingenuos y románticos matices. En política, se mueven miles de millones de euros, que para si quisiera cualquier organización mafioso-delictiva. No resulta extraño que todos quieran administrarlos, para adquirir poder, para gozar de prebendas y, a la vez para procurar cobijo a familiares, amigos y simpatizantes. Cualquier maniobra tendente a hacer fracasar a posibles rivales es válida. Habitualmente los candidatos se disfrazan con ideologías de matiz demagógico-social, mienten, y manipulan estadísticas y medios de comunicación. Se descalifican entre ellos, además de tratar de dividir y enfrentar a la población recurriendo al pasado si es necesario, con lo que se garantizan los votos suficientes para obtener el ansiado poder.
Lo expuesto hasta aquí es ciencia ficción por lo que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Por suerte, los principios éticos y morales de nuestros políticos están fuera de toda duda. Además, entre ellos existe la cordialidad más exquisita y aúnan esfuerzos, mirando siempre al futuro en vez de al pasado, a la vez que reman todos juntos en la misma dirección para conseguir los máximos beneficios para el pueblo y para la ciudadanía de a pie, sacrificando, incluso, hasta sus expectativas personales. En definitiva, tenemos lo que nos merecemos.
A. José salas en Cartas al Director de El Diario Montañés.
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