El protagonista de la historia es Claudio Trenta, que tiene 72 años y vive en Barlassina, un municipio de unos 7.000 habitantes de la provincia de Monza. Este extécnico informático decidió tapar un bache que estaba en medio de un paso de peatones y que, desde hacía tiempo, suponía un riesgo para los viandantes.
A pesar de las reiteradas denuncias, en tres meses no hubo respuesta ni reparación conseguida. Por eso, harto de la ineficiencia municipal, decidió repararlo. Claudio compró un saco de alquitrán y tapó el bache, algo que le costó, como ha contado recientemente en medios locales, solo 30 minutos y un coste de 14 euros en el material.
La segunda parte de la historia es que el Ayuntamiento ha decidido ahora multarlo por lo que ha hecho. Además, le obligan a destapar el bache porque es «una obra no autorizada». Recibió, 20 días después, una multa de 882 euros (rebajable a 600 euros si pagaba de inmediato). «Se piensan que me están poniendo en un aprieto, pero no saben lo que se han buscado. Me han provocado, así que presentaré una contradenuncia», explica ahora, todavía mucho más indignado. Claudio, además, ya deja claro que po prevé ni pagar la multa ni destapar el bache.
El vecino, de hecho, prevé denunciar a la policía municipal y al funcionario que le ha multado por omisión de actos oficiales. Fuentes municipales, por su parte, alegan para denunciarlo que Claudio ha actuado «sin tener título ni competencia alguna en la colocación de alquitrán en frío», por lo que hizo un trabajo de riesgo en un espacio público sin permiso.
A pesar de las reiteradas denuncias, en tres meses no hubo respuesta ni reparación conseguida. Por eso, harto de la ineficiencia municipal, decidió repararlo. Claudio compró un saco de alquitrán y tapó el bache, algo que le costó, como ha contado recientemente en medios locales, solo 30 minutos y un coste de 14 euros en el material.
La segunda parte de la historia es que el Ayuntamiento ha decidido ahora multarlo por lo que ha hecho. Además, le obligan a destapar el bache porque es «una obra no autorizada». Recibió, 20 días después, una multa de 882 euros (rebajable a 600 euros si pagaba de inmediato). «Se piensan que me están poniendo en un aprieto, pero no saben lo que se han buscado. Me han provocado, así que presentaré una contradenuncia», explica ahora, todavía mucho más indignado. Claudio, además, ya deja claro que po prevé ni pagar la multa ni destapar el bache.
El vecino, de hecho, prevé denunciar a la policía municipal y al funcionario que le ha multado por omisión de actos oficiales. Fuentes municipales, por su parte, alegan para denunciarlo que Claudio ha actuado «sin tener título ni competencia alguna en la colocación de alquitrán en frío», por lo que hizo un trabajo de riesgo en un espacio público sin permiso.
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Entonces, con más razón habrá que multar, y obligar a desarreglar, a los técnicos municipales y autonómicos que en Santander han repintado las barandillas de El Sardinero y Reina Victoria (horrible), o a los que han podado a veces los árboles cortando por donde Dios les daba a entender, o a los que han diseñado carteles explicativos con errores de redacción... Digo con más razón porque esos no han sido ciudadanos espontáneos, sino gente que se supone que sabe.
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