NOS EXTINGUIMOS…

En un reciente concierto celebrado en Torrelavega que congregó gran cantidad de adolescentes, muchos de ellos menores de edad, se exigió a estos que acudiesen acompañados de un adulto o portasen un justificante de alguno de sus progenitores, para poder acudir al evento.

Llama poderosamente la atención que se ponga tanto celo, exigiendo tantos requisitos en algo tan intranscendente, mientras que un paso de tanta responsabilidad para un menor que tenga más de 16 años, que pudiera dejarle secuelas físicas o psicológicas, como pudiera ser el aborto, no requiera ninguna supervisión ni autorización por parte de ninguno de sus progenitores. Lo más grave es que este desamparo familiar a que queda expuesto el menor nos lo quieren vender como un éxito social.

Mucho me temo que estemos en fase de extinción, no por el cambio climático, que está siendo también interesadamente politizado. Tampoco por la ausencia de un adecuado relevo generacional, que ha conseguido que haya más perros registrados que menores de 16 años, sino por traicionar las leyes de la naturaleza que, en el reino animal, ha puesto siempre a los más capacitados al frente de la manada.

A. José Salas en Cartas al Director de El Diario Montañés.