Nuestra clase política ha encontrado un nuevo tema para enfrentarnos y dividirnos. El poco inteligente beso, dado por un dirigente deportivo a una chica, ha sido el detonante para que surja un nuevo enfrentamiento y nuestros dirigentes no están dispuestos a perder la ocasión para sacar provecho de ello.
Algunos se rasgan las vestiduras y piden la renuncia del desafortunado protagonista por un acontecimiento en el que la teórica ofendida no ha presentado denuncia alguna. Además, la posible dimisión del inculpado dejaría un hueco libre en el que colocar a cualquier amigo.
Pero lo más lamentable de todo es que constantemente estamos comprobando la poca categoría de nuestros dirigentes, que están más atentos a enfrentarnos y sacar tajada de cualquier situación que a solucionar los verdaderos problemas de la sociedad. Vemos cada vez más comercios cerrados, más gente viviendo y pidiendo en la calle o de okupas, los precios de los alimentos esenciales por las nubes, el preocupante descenso de la natalidad, la caída del poder adquisitivo de los sueldos y pensiones, la subida de las hipotecas, el paro, la inseguridad ciudadana… pero sobre estos preocupantes índices convienes extender cortinas de humo, que los hagan invisibles a la sociedad.
Tenemos lo que nos merecemos.
José Salas en Cartas al Director de El Diario Montañés.
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