08 agosto 2023

LA CENSURA

Decir que se suprime una película de besos entre mujeres por proteger a la infancia, se parece a cuando los talibanes recrecían con ladrillos los muros de las escuelas de niñas, según decían, para protegerlas. Pensar que un beso homosexual requiere más madurez para asimilarlo que un beso heterosexual, es no estar a la altura de los tiempos; y debería buscarse la manera de denunciar que un ayuntamiento se entrometa en un tema así, sin aportar justificación solo cuando se le fuerza, y atente contra la formación de los futuros ciudadanos. En el fondo late, sin duda, que el amor homosexual es malo, desviado. Buscar la manera legal de atajar esos modos (y si no la hay, ver la manera de crearla), y hacer pedagogía desde una óptica científica y desapasionada, es mejor que organizar "besadas" multitudinarias, que pueden no llevar a nada. Aunque no quita lo uno para lo otro. De todas formas también es verdad que, para ponerse a censurar, no hace falta ser de extrema derecha. Pues en los inicios de nuestra democracia se habló mucho de tolerancia, pero para mí que nunca se ha comprendido bien.​
Adolfo Palacios para cartas al Director de El Diario Montañés.

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