Hay oficios en los que, para sobrevivir, necesitan que los clientes vivamos en la creencia de que las cosas están transcurriendo sin problemas. Las agencias de viajes necesitan que nos olvidemos del cambio climático, y de los muertos del Mediterráneo. Los docentes y asistentes sociales, que creamos que en esta sociedad los diversos intereses son conciliables, que en el fondo todos quieren armonía, y que recibiremos premio si a ella contribuimos. Los políticos, que pensemos que somos un país soberano, que la acción se rige por ideas, y que las cosas tienen remedio. Los fabricantes de coches, que los niveles de ventas prepandemia deben seguir siendo la referencia. La mayoría de los hosteleros, que la presencia de sal y de azúcar en las comidas es imprescindible. Es la estrategia del avestruz, bastante humana, al fin y al cabo. Y así, unos y otros vamos dando dentelladas al mundo cada día, hasta que la realidad acabe por comernos a nosotros.
Adolfo Palacios para Cartas al Director de El Diario Montañés.
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