Comentaba una chica, en esta sección de cartas, lo difícil que es adaptarte a tu ambiente de siempre, a la vuelta de un Erasmus. Imagino que es una persona inquieta. Quiero decirle que quizá no todos sus compañeros sufran tal "trauma", pueden carecer de ojos para apreciar las bondades de ambientes más avanzados. O también porque las disfrutaban ya con sus familias, aquí. Decirle, asimismo, que no siempre está claro lo que es mejor para tu evolución: algunos jóvenes han ido a cooperar al Gabón, a Bolivia, sin pasar por Bolonia ni por Heidelberg, y están agradecidos a la vida. Por último, no hay por qué centrarse en "crecer": uno puede renunciar a realizarse, a adquirir saberes y experiencias en lugares más modernos, y emplear lo que tiene para dedicarse a ayudar a los que están peor, como hizo Lorenzo Milani en el medio rural de los años 60. Aunque me parece difícil hacer eso sin una fe religiosa.
Adolfo Palacios para Cartas al Director de El Diario Montañés.
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