11 enero 2024

LA PARADOJA DEL CRISTIANISMO

Siempre he pensado que el cristianismo, al poner en práctica la caridad, contribuye a socavar la misma moral que predica: si trabajamos con denuedo por el bienestar de los desgraciados, corremos el riesgo de que se centren en el bienestar, aliviados por fin de su situación; y ellos mismos dejen de valorar el altruismo. Se parece a lo de aquel empresario que decía que un jefe desea pagar poco a sus empleados, pero que otras empresas paguen mucho a los suyos, para que compren los productos de él. Eso pone a los cristianos en la tensión entre la santidad (para la que la gran mayoría no serán aptos), y la hipocresía. Claro que siempre les queda la esperanza de que el ejemplo anime a otros a seguir su moral. En todo caso, prefiero las cosmovisiones de tipo oriental (el taoísmo), porque la vida es contradictoria en sí, y es mejor asumirlo. La verdad y la recta acción no pueden aspirar a ser más que provisionales.
Adolfo Palacios para Cartas al Director de El Diario Montañés.

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