He pasado este verano por Múnich y Baden-Baden, lugares donde la gente, como es sabido, tiene dinero. Allí puedes encontrar fácilmente helados cuyo precio oscila entre 1'90 y 2'20 euros. En Santander, para helados del mismo tamaño, esos precios serían prehistóricos: este año 2'80 euros. Y por cierto que aquí se ven más heladerías y más gente comiendo helados que allí, donde el clima es parecido. Claro que yo apenas como helados, porque tienen azúcar y, para el calor, me es más rentable agua, alguna infusión o algún refresco, pero ¿alguien puede explicarme esa diferencia de precios?
Adolfo Palacios para Cartas al Director de El Diario Montañés.
No hay comentarios:
Publicar un comentario