10 mayo 2024

MANO DE OBRA

Hemos observado que hay muchas personas trabajando en las tres fábricas de la Empresa. Hombres, mujeres y jóvenes. Podemos pensar que la mano de obra no faltaría, pero nada más lejos de la realidad. Y esta es cada vez más acuciante, a medida que nos acercamos a los meses de la caída del valle, a finales de agosto de 1937.
Con la llegada de la guerra, muchos obreros se pasaron al bando nacional, otros fueron detenidos, con lo que nos encontramos con puestos de trabajo difíciles de cubrir. A esto, hay que añadir, que muchos trabajadores, afines a la República fueron trasladados al frente, con lo que eso suponía de pérdida de mano de obra. Pero hubo otras razones, que explican esa falta de mano de obra. Muchos obreros se dieron de baja por enfermedad. El número de enfermos debió de ser tan elevado, que el Comité exigió a los médicos de la zona, que entregaran un informe de todos aquellos que decían estar enfermos. En ocasiones, había obreros que no iban a trabajar sin causa aparente, percibiendo un salario por un trabajo que no hacían.
Pero no solo por cuestiones médicas, también había muchos obreros que no iban a trabajar a las fábricas por petición de las organizaciones políticas. Así el 7 de enero de 1937, el Comité envía una carta a los distintos Comités de la comunidad, Agricultura, Policía, Frente Popular y Milicias, de que la Empresa no está dispuesta a seguir pagando los sueldos a personas que están requisados por ellos. En la misma dirección, tenemos otra petición del Comité, en la que manifiesta la necesidad de hacer una inspección en los distintos Frentes Populares y Ayuntamientos, para conocer la labor que realizan cada uno de los obreros de la Empresa reclamados por los anteriores. Igualmente, a mediados de febrero de 1937, nos encontramos otro manifiesto del Comité, en el que se comunica a los Frentes Populares de Cieza y San Felices, que habiendo quedado disueltos los citados organismos, los obreros de la fábrica destinados en los mismos, no se les abonaran sus haberes, sino se reintegraban a su trabajo en la Empresa.
A pesar de todo, la petición de obreros de la Empresa parte de las organizaciones republicanas no desaparecen, pues el 26 de febrero del mismo año, el Frente Popular de Cieza envía una nueva petición sobre la necesidad de que el Comité, le envíe dos operarios necesarios para poder seguir funcionando. Lógicamente el pago de los jornales correría a cargo de la Empresa. El Comité, no toma ninguna decisión. Eso debe de ser la Empresa la que debe decidir sobre dicho asunto.
A medida que el tiempo va pasando, la situación de la guerra en la zona del Norte, se va decantando a favor de los sublevados. Esto hizo que los obreros se viesen obligados a realizar otras actividades no relacionadas con la producción. Ahora, habrán de dedicarse a la construcción de refugios no solo en las fábricas, sino también en el pueblo. Igualmente, dado el cambio que observa en el frente, se establece la obligación de participar en la instrucción militar. Es posible, que sea necesario tener que defender las fábricas de las tropas sublevadas, de ahí que se hable de la militarización de la Empresa y con ello la necesidad de instruir a los obreros en el arte de la guerra.
Es cierto, que se recuperaron mucha mano de obra, sobre todo de los más jóvenes de la comunidad, que no pueden ir a luchar, pero sí trabajar en las fábricas. Aunque no tienen la suficiente experiencia, para hacer frente al incremento de la demanda, máxime si tenemos en cuenta, que se va incrementar la producción de material de guerra.


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