01 marzo 2010

EMPATÍA

SUBVENCIONES PÚBLICAS DISCUTIBLES
Me ha causado impacto la noticia de la subvención de 26.000 euros, dada por el Ministerio de Igualdad para le elaboración de un Mapa de Inervación y Excitación Sexual en Clítoris y Labios Menores. Lo justifican diciendo que hay recién nacidos con genitales ambiguos y mujeres que necesitan reasignaciones de sexo o reparaciones por traumatismo o cáncer, y se queda tan anchos y quienes discrepen será tratados como machistas, cavernarios y reaccionarios. Que en un país que ha reducido las asignaciones en investigación y se están produciendo llamamientos por parte del Gobierno de la contención del gasto, resulta indignante que se promueva este tipo de gestos que van contra lo que predican, y que rayan en la provocación. Entiendo que hay otras enfermedades que necesiten un mayor esfuerzo presupuestario, teniendo en cuenta, si es posible, atajar aquellas que son causa de gran mortandad y a ser posible que afecten a ambos sexos, con lo cual, con un tiro sanamos dos pájaros (perdón, pájaro y pájara). Llama también poderosamente la atención, que mientras las preocupaciones de la mayoría de españoles sean el paro, el terrorismo, la sanidad, la inmigración, la vivienda, etc, etc., las demandas femeninas se signifiquen por el aborto, la píldora del día después y ahora por la excitación del clítoris. ¿Tan alejadas están nuestras féminas de de la problemática social actual? ¿Tienen ya resueltos estos problemas que afectan a todos? Haciendo un esfuerzo de empatía, me gustaría ver la reacción de las feministas y del Ministerio de Igualdad, si otro gobierno se gastase un solo euro en un programa de Excitación del Pene.
[José Salas, en Cartas al Director, de El Diario Montañés]

3 comentarios:

  1. Anónimo2:17 p. m.

    Estúpidos argumentos esos de "hay otras enfermedades" (que ya están siendo investigadas) o el "que dirían si se estudiara la estimulación del pene" (que ya se estudia y que tiene una potente industria farmacéutica detrás -pfeizer y la viagra entre otras muchas)

    La caverna y su aversión a todo lo que suene a sexualidad femenina (aunque en realidad sea salud y dignidad)

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  2. Anónimo4:12 p. m.

    Sacas algunas conclusiones que no son adecuadas el espíritu de la carta (nunca estúpidas, como calificas a las que no se corresponden con las tuyas).
    Todas las enfermedades son estudiadas, y es sabido que la industria farmacéutica se beneficia de esto. Sin embargo no creo que dedique mayor cantidad a las enfermedades derivadas de la sexualidad masculina que de la femenina. Es infinitamente superior la inversión en cáncer de mama, que el de próstata, por ejemplo, aunque tampoco el espíritu de la carta pretende un enfrentamiento entre gastos dedicados a la mujer y gastos dedicados al hombre. El apreciar este enfrentamiento supone una nueva conclusión poco adecuada, que debemos tratar de evitar.
    Hay otro tipo de enfermedades, por ejemplo las llamadas “enfermedades raras”, en las que la inversión prácticamente no existe. Estas enfermedades afectan a toda la población, no solamente a una parte (mujeres) de la misma, con lo que aunque sea solamente por cuestión numérica, siempre es mejor solucionar un problema que afecta a mujeres, ancianos, niños y varones, que no solamente a uno sólo de sus componentes.
    Haces alusión a la dignidad femenina y en ningún lugar de la carta se ataca a tal dignidad, únicamente se hace apología de la dignidad de todos, o ¿no tienen dignidad los ancianos, jóvenes y niños de ambos sexos? ¿Esa dignidad es potestad solamente de las mujeres?

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  3. Anónimo10:54 p. m.

    Usas el argumento del número de personas a las que afectan y sacas las enfermedades raras. Te recuerdo que una enfermedad se considera "rara" precisamente porque hay muy pocos enfermos que la padecen.

    Antes mencionas las "enfermedades derivadas de la sexualidad" y metes en ese saco el cáncer de mama. Supongo que todo lo que está entre el cuello y los tobillos de una mujer a algunos les suena sucio. En fin, restos de una educación misógina que no nos sacamos de encima.

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