El Tiempo en Corrales de Buelna,Los

11 junio 2010

'FLOREROS' EN EL TENIS

Multitudinario ha sido el seguimiento de la proeza de Nadal al ganar otra vez Roland Garros. En el discurso posterior al triunfo, como en él es habitual, tuvo palabras de elogio para las autoridades, el rival, el público y hasta para los obreros del tenis, que son los recogepelotas.
Estos esforzados jóvenes, ocupan el último lugar en el escalafón tenístico y pude observar cómo a la final también acceden los mejores. Entre ellos me pareció ver que había una o dos niñas, lo cual me da que pensar que en una actividad en la que predominan los varones, el que accediesen a la final era por méritos propios. Mucho me temo que probablemente en Wimbledon ocurra lo mismo.
Mientras tanto en España y más concretamente en el Torneo de Madrid, producto de que hace tiempo que desapareció la cultura del esfuerzo y el premiar a quien mejor lo hace, a lo que se ha añadido un mal entendido y trasnochado toque feminista, estos sacrificados muchachos se 'curran todos los marrones' ya que son los que en realidad llevan la parte árida del torneo, para que en cuanto aparezca una cámara de televisión que emita una señal, los chavales son marginados por unas esculturales señoritas. Estas se diferencian de los esforzados jóvenes en que tras una falda corta exhiben unas largas y bien formadas piernas, además de presentar un perfecto busto encorsetado en una camiseta una o dos tallas menores de las que las correspondería y una permanente sonrisa. Estas chicas, escogidas tras una ardua selección en la que han primado sus "aptitudes intelectuales", corren torpemente tras las bolas, entre la desesperación de los tenistas y la sonrisa mitad burlona mitad frustración de quienes, siendo mejores en este cometido, han sido injustamente desplazados por estas mozas que ejercen de auténticos 'floreros tenísticos'.
La razón de esto es que Francia e Inglaterra, son países con una cultura conservadora y como tal con tendencia machista, a diferencia de nosotros que somos los que tenemos una cultura progresista que defiende más y mejor los intereses de la mujer.
Es más, ni si quiera deben tener Ministerio de Igualdad. ¡Cuánto camino los queda por recorrer para alcanzar nuestro elevado nivel social en defensa de la mujer!
José Salas en Cartas al Director, de El Diario Montañés.


 

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