LAVARSE LAS MANOS CON AGUA Y JABÓN, UNA FORMA BARATA Y EFICAZ DE PREVENIR ENFERMEDADES
En España, donde gozamos de acceso a agua y jabón sin dificultades, el lavado de manos sigue siendo un hábito de higiene básico, además de fácil y barato, que puede ayudar a prevenir el contagio de infecciones respiratorias, como gripe, bronquiolitis y neumonías, y otras enfermedades.
Sin embargo, a menudo este hábito se obvia o minimiza, pese al peso que tiene como herramienta básica de promoción de la salud al alcance de todos.
Y es que, muchas veces olvidamos que las manos humanas sirven de transporte a organismos patógenos que pasan de persona a persona a través del contacto directo o de superficies.
Veinte segundos que suponen un gran cambio.
El lavado de manos correcto puede hacerse con agua fría, caliente o templada, pero debe incluir siempre jabón o solución jabonosa (gel) y durar al menos 20 segundos. Un tiempo en el que hay que frotar ambos lados de las manos (exterior y palmas), dedos, muñecas y debajo de las uñas.
El aclarado es básico para "no llevarse" en las manos los gérmenes con el jabón pegado, por lo que tras el lavado hay que realizar un aclarado completo que arrastre toda la suciedad.
El secado de manos en casa puede realizarse con toalla de tela siempre que se cambien con suficiente frecuencia en función del uso y de las personas que las utilicen. Cuando hay enfermos, menores de dos años o ancianos es recomendable que las toallas de manos sean individuales. En sitios públicos, es mejor que sea con papel desechable.
Fuente: El Periódico de la Farmacia
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