Cada sesenta segundos
es un minuto que pasa,
sin pararse a preguntar
si te quemó con su brasa,
o te alegró al relumbrar.
Pon la parte que te toca
para ayudar al destino
en las horas y en los días,
trazándote un camino
que te llene de alegrías.
Mírate en tu espejo,
aunque lo veas empañado,
y nunca en otro cristal,
eres lo que te ha tocado,
ser tu mismo en tu señal.
Por sentir, nunca te juzgues
ni valores a otros jueces,
que todo se queda aquí,
busca lo que te parece
que pueda hacerte feliz.
Que nadie te diga lo que
tienes que hacer con tu vida,
que es tuya y de nadie más,
tú marcarás la medida
decidiendo a dónde vas.
Porque es más valioso hacer
aquello que te motiva
en un momento preciso,
que lamentar el inciso
de que quede en misiva.
Y regálate la vida,
que es un “don” perecedero
y corto en su transición,
no pierdas tiempo con peros,
vete tras de la ocasión.
Sé siempre un arcoíris
cuando se da la tormenta
en los cielos de tu mente,
así tendrás en tu cuenta
una sonrisa presente.
Y el que te quiera aceptar
que sea como tú digas,
que no se pare hacer cuentos,
y como amigo o amiga
te acepte en todo momento.
Tú eres tu propio valor,
el vigía de las jornadas
de tus más bellos balances,
tú serás tu camarada
en el quid de cada lance.
Y ya no pierdas más tiempo,
que el reloj va en su tictac
entre infinitos finitos,
¡¡aprovecha lo bonito…
que te llenará de paz!!
Tinuco
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario