Somos capaces de envenenar el entorno en el que vivimos condenando a nuestros cachorros a la enfermedad por algo tan solemnemente estúpido como ir en coche. Nos hemos convertido en unos necios con volante.
El tubo de escape mata más que el volante. O lo que es lo mismo: la contaminación del tráfico provoca más muertes que los accidentes de tráfico. Y no lo dice Ecologistas en Acción, ni Amigos de la Tierra, ni el resto de organizaciones ecologistas que apelan a nuestra razón desde su compromiso con el medio ambiente, esas a las que ignoramos pero a las que tanto debemos. No, lo dice la ciencia y lo dicen los médicos.
No existe en todo el reino animal una especie que sea capaz de dañar la salud de sus crías a sabiendas. Eso sí que es actuar contra natura, contra el primer mandato que recibe todo ser vivo al nacer: procurar la supervivencia de la especie. Nosotros no, nosotros somos capaces de envenenar el entorno en el que vivimos condenando a nuestros cachorros a la enfermedad por algo tan solemnemente estúpido como ir en coche. Nos hemos convertido en unos necios con volante.
Pulsa sobre la imagen para ver el artículo completo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario