El Tiempo en Corrales de Buelna,Los

17 septiembre 2017

NO ME ES PERMITIDO

Sí, no me es permitido que el niño que llevo dentro de mí, en mi ‘trastienda’, salga de vez en cuando y flote. Él quiere saltar, correr, brincar y aunque le duelan todos los huesos; quiere ganarle al tiempo la batalla y ser lo que siempre quiso: músico, pero solista o compositor. No puedo.
Una profesora de guitarra me dijo que para dominar la guitarra clásica hacían falta, cuando menos, ¡seis años! ¡Ojalá me quedaran esos años de vida y pudiera dar un concierto a mis amigos! ¡Qué ilusión, Dios mío! Pero no es posible. Soy muy mayor. Y, para más inri, vivimos en la era de la estética: la gente joven y de mediana edad acuden a los gimnasios y se someten a terapias pláticas para tener un físico en orden. Yo represento la antítesis de esa estética; mi cara está llena de arrugas, mi pelo es cano, hablo con dificultad, pues se me olvidan las palabras, ando a trompicones y paso desapercibido para la gente joven, salvo honrosas excepciones. Para los otros, ni siquiera me miran, parece que produzco repugnancia. Un niño de mi especia daría rienda suelta a la risa del respetable.
¡Qué le vamos a hacer! La vida, al final, pasa factura. ¡Qué lástima de ese niño que quiere aflorar y ponerse el mundo por montera! ¡Iluso de mí! Ese niño murió hace ya muchos decenios y ya solo le quedan muchos logaritmos de ilusiones y sueños perdidos.

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