17 abril 2018

NO ES ORO TODO LO QUE RELUCE

La docencia en los institutos se ha convertido en una profesión de riesgo. Soportamos que determinados alumnos (no todos por supuesto) envíen anónimos de amenaza a nuestros correos; escriban en nuestros enseres insultos (como ‘zorra’ en la bata de trabajo); nos graben en clase sin nuestro consentimiento y lo suban a las redes; profieren, con inaudita ligereza, continuas faltas de respeto hacia el profesorado y sus propios compañeros …. Soportamos ‘reprimendas’ de algunas familias que cuestionan con total libertad y desconocimiento de nuestra profesionalidad; que nos indican cómo tenemos que impartir las asignaturas; que muestran total descrédito cuando les informamos del nefasto e improcedente comportamiento de sus vástagos y de su lenguaje descarado, insolente y soez, impropio de una buena educación. Pero poco se puede hacer. Los mecanismos para sancionar y defendernos no son efectivos y se dilatan en el tiempo. La adolescencia se educa y la educación comienza en casa. Inculquen a sus hijos buenos modales, espíritu de superación e inclinación al estudio. Apoyemos a los profesores que son víctimas de esta bochornosa realidad; reivindiquemos personal de seguridad y sistemas de vigilancia en los centros; y aboguemos por el respeto que también es cultura.
Rosa García Montes en Cartas al Director, de El Diario Montañés.

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