El lenguaje es la puerta al pensamiento, pero no veo que se cuide. Será que no importa tanto cómo pensamos. Los periodistas tendrán su libro de estilo, pero creo que a veces influyen negativamente; los titulares, por ejemplo, están obligados a ser cortos, eso hace utilizar, y contribuir al uso, de palabras no apropiadas: "los hosteleros son optimistas ante la nueva temporada", tendría que ser "tienen buenas expectativas" (alguno puede tener depresión, entonces no será muy optimista), o "afrontan esperanzados"... En estos años se ha generalizado la expresión "más allá de", cuando a veces se refiere a "con independencia de"; ello resta posibilidades de matizar, hay palabras que son como especies invasoras. O se dice "habrían bombardeado" en vez de "según algunas informaciones, han bombardeado". Decía un texto humorístico del siglo pasado, ante un anuncio breve aparecido en la prensa: "ozú, en Andalucía, con veinte palabras no hay ni p'a empezar". Espero que Andalucía, o Latinoamérica con su proverbial verborrea, sean nuestra "reserva espiritual" del lenguaje.
Adolfo Palacios González en Cartas al Director, de El Diario Montañés.
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