Es curioso cómo, a pesar de los medios que hoy interconectan todo, y de que el mundo es "cada vez más pequeño", la sensación de sentir cosas que estén sintiendo todos los españoles es cada vez más atomizada. Si rememoramos desde la Transición, veremos que, fenómenos como las canciones de Javier Crahe, o las escuelas de verano de los movimientos de renovación pedagógica, sólo podían cuajar en aquel ambiente nacional donde daban por descontado que iban a influir en una audiencia "total", grande y bien repartida. El "cada mochuelo a su olivo" que en lo político vino tras el 78, rompiendo la unidad intensa anterior, diríamos que ha disgregado después todo ámbito. Y hasta Juan Carlos I, que en 2008 animaba a "tirar todos del carro", no está hoy con nosotros. Las autonomías han tenido algo que ver, y las cadenas privadas, la caída de la clase media... Sólo nos queda la prensa del corazón y el fútbol. Eso resta ímpetu a la inspiración de los innovadores, a sus aportaciones, y también a las tareas conjuntas; un "nosotros" fuerte es más importante de lo que parece.
Adolfo Palacios, para Cartas al Director, de El Diario Montañés.
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