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08 diciembre 2020

CALLE TRABAJADORES DE AUTHI

La Corporación municipal, toma la decisión de cambiar el nombre de Matías Montero por el de Trabajadores de Authi. No podemos olvidar, que la Colonia Authi, siempre ha sido un punto de referencia en los vecinos del pueblo. ¿Dónde quedamos? En la Colonia Authi. ¿Dónde vamos a tomar un vino? Allí, en la Colonia Authi. ¿Dónde vas la llevar la película de video? A la Colonia Authi. 
La Colonia Authi, está compuesta por un par de edificios de gran altura, con 7 portales en la que vivían un buen número de vecinos, de matrimonios jóvenes y por tanto, con un gran número de niños que jugaban por el patio y alrededores. La mayor parte de ellos eran trabajadores de la empresa Authi. 
Pero la Colonia Authi no sólo era un lugar de residencia de los obreros, sino que también se convirtió en un centro de actividad comercial relativamente importante. Durante mucho tiempo, hubo varios establecimientos de distinta actividad, que permitían satisfacer la demanda de los que allí habitaban. 
En el primer edificio que nos encontramos, al entrar en la zona que da hacia el río Muriago, la tienda de Menrru, dedicada a la venta de ropa. También se encontraba el videoclub Hoyos que en aquellos momentos fue un negocio rentable, pues, lo normal era tener un video en casa y ver películas que se alquilaban en los videoclubs. Eso ya pasó a otra vida, ya no existen videos ni videoclub. Aunque, es cierto que todavía existe uno en el pueblo. También en esta zona estuvo, el negocio de Benual, uno de los favoritos para los niños y jóvenes del barrio. Allí se vendían golosinas y dulces sin tener que salir de la zona. 
En el segundo edificio, el de mayor número de viviendas, con un patio interior con cinco portales que daban acceso a dichas viviendas, había una tienda de alimentos dirigida por Loli y que funcionó hasta no hace mucho, y que cubría las necesidades de los vecinos. Igualmente existió un puesto de periódicos, revistas, golosinas y tabaco gestionados los hermanos Pedro Luis y Javier Fernández, que estuvo abierto unos cuatro años. Parece ser que posteriormente se convirtió en una tienda de elementos de costura, hilos, botones, etc. También estuvo, el pequeño “colegio” de Esperancita, pequeño parvulario al que asistían niños que todavía no iban a la escuela por su edad. Además existió un bar, La Venta, regentado por Dani y Chuchi que durante mucho tiempo fue centro de atracción para los jóvenes del pueblo y comarca, y que a día de hoy todavía continua, pero bajo otra dirección. 
En la misma zona, a la izquierda antes de entrar en el patio existe un local actualmente cerrado, pero que ha tenido una larga actividad comercial. En primer lugar, los dueños del mismo tuvieron una zapatería; posteriormente fue traspasado y paso a ser un bar de mucha afluencia, “El Montañés”, primero en manos del matrimonio formado por Antonio y Carmen. Era un local con muchos clientes que iban a tomar los vinos, las rabas, dependiendo de la hora. Posteriormente el bar pasó a ser regentado por Ángel Puente y Maite Quintana. Posteriormente el bar pasa a ser regentado por Tita y su marido Fito. El cambio de regentes, supuso el cambio de nombre, que pasa a denominarse “Cruce de Caminos” convirtiéndose en lugar de encuentro de muchas personas del pueblo y el lugar donde los vecinos recalaban antes de retirarse a casa. El bar duró mucho tiempo pero, poco a poco, va perdiendo clientes y se vio obligado a cerrar. Posteriormente, durante un corto espacio de tiempo, estuvo ocupado por una Academia de estudios. Actualmente está cerrado. 
La zona comercial va perdiendo atractivos, a parecen nuevos centros de ocio, nuevos centros comerciales y los años pasan. Y el resultado es que prácticamente todos los comercios han desaparecido. 
También en esta calle se situaban las ferias de San Juan, y en su momento en esas fiestas era habitual que la Peña Tarumbo, pusiera la plaza de toros, que durante algunos años nos acompañaba en nuestras fiestas. Más adelante se intentó convertirse en una zona edificable, pero fracasó. De hecho, se creó una gran fosa que se cubría de agua y, en ocasiones, era ocupada por patos, como zona de reposo en sus desplazamientos estacionales. 
Posteriormente, todo esto se selló, por su insalubridad, y después de un tiempo, la Corporación municipal decidió que era una buena zona de situar un aparcamiento para el pueblo y, también, situar el mercadillo semanal que se celebra los miércoles en el pueblo, dejando libre el tránsito de la calle Peñas Arriba y Avda. Primero de Mayo. La idea parece ser buena, pero sería conveniente asfaltarla, pues es poco práctica para asistir con los carritos para compra. 
En definitiva, el cambio del nombre se hizo por la aplicación de la Memoria Histórica, lo que nos ha permitido conocer quién era Matías Montero, uno de los muchos muertos de ambos bandos que hubo durante la Guerra Civil, y al mismo tiempo, reconocer a la Colonia Authi y a todos aquellos obreros que participaron en la epopeya del trayecto a Santander caminando a pie. Hecho histórico, que ésta en la mente de todos los que lo conocimos y sobre manera de todos aquellos que lo sufrieron directamente, participando en dicha marcha.


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