La campaña de vacunación contra el coronavirus en el valle de Buelna ha continuado este jueves en la residencia Ballesol de San Felices. A primera hora de la tarde todo estaba dispuesto para vacunar a 64 residentes y 42 personas de plantilla, dos menos de lo previsto, porque dos trabajadores no pudieron acudir a la cita por estar en cuarentena debido a un contacto estrecho con un positivo.
Pasadas las tres y media de la tarde llegó a la residencia de Tarriba el equipo de Salud Pública que portaba las vacunas. La médico, Azahara Guerrero Bolibar, y enfermeras de la residencia habían tomado las medidas pertinentes y la dirección había preparado el orden de vacunación. Se había previsto todo también para una de las trabajadoras por su alergia a algunos medicamentos, pero por lo demás, el resto, trabajadores y residentes, estaban todos perfectamente, sin ninguna patología que lo contraindicara.
Maria Adela Alonso Nieda, una de las residentes, aseguraba que tenía muchas ganas ya de que la vacunaran, "de hecho creo que me apunté la primera", decía. En su larga vida ha recorrido buena parte del mundo y reconoce que ha visto pocas cosas como lo que ha ocurrido con la pandemia. Su remedio, "estar siempre ocupada, menos con la televisión, que no me gusta". "Ahora lo que hace falta es que la vacuna funcione y que nos dejen salir y vivir como antes", decía.
Médico y enfermeras estarán pendientes por posibles efectos secundarios y harán un seguimiento los próximos días a cada uno de los vacunados.
Pasadas las tres y media de la tarde llegó a la residencia de Tarriba el equipo de Salud Pública que portaba las vacunas. La médico, Azahara Guerrero Bolibar, y enfermeras de la residencia habían tomado las medidas pertinentes y la dirección había preparado el orden de vacunación. Se había previsto todo también para una de las trabajadoras por su alergia a algunos medicamentos, pero por lo demás, el resto, trabajadores y residentes, estaban todos perfectamente, sin ninguna patología que lo contraindicara.
Maria Adela Alonso Nieda, una de las residentes, aseguraba que tenía muchas ganas ya de que la vacunaran, "de hecho creo que me apunté la primera", decía. En su larga vida ha recorrido buena parte del mundo y reconoce que ha visto pocas cosas como lo que ha ocurrido con la pandemia. Su remedio, "estar siempre ocupada, menos con la televisión, que no me gusta". "Ahora lo que hace falta es que la vacuna funcione y que nos dejen salir y vivir como antes", decía.
Médico y enfermeras estarán pendientes por posibles efectos secundarios y harán un seguimiento los próximos días a cada uno de los vacunados.
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