¿Cómo era el cine Coliseum María Luisa? La verdad, es que sólo he visto varias fotos del exterior del edificio, el interior son recuerdos de juventud propios o ajenos. Aquello que me han comentado los vecinos del pueblo que pasaron tiempo disfrutando de películas, canciones, comedias, conferencias u homenajes. Que de todo hubo en el Coliseum.
La fachada principal, estaba orientada hacia el norte, hacia la plaza del Generalísimo, que evidentemente, además de cambiar de nombre ha cambiado toda su fisionomía, diferente a la que tenía en la época que muchos conocimos. Los árboles, los bancos de piedra, en los que jugábamos a "pico, zorro o zaina", "coger el pañuelo", a "las chapas" y otros más. Pero no nos alejemos de la fachada.
En la zona izquierda, mirando desde la plaza, estaba la entrada principal, nos encontrábamos la taquilla en la que "sacábamos" la entrada y que posteriormente, daríamos al portero para poder acceder al interior del cine.
Si volvemos a la fachada principal, en la parte central de la misma, nos encontrábamos con otra puerta que cumplía la función de entrada y salida directa del cine, teniendo en cuenta, que no se abría hasta minutos antes de que se iniciase la función, y no se volvía a abrir hasta que no se acababa. En cualquier otra circunstancia, se entraba por la zona de las taquillas.
La puerta situada más a la derecha, era utilizada fundamentalmente, para la salida de la sala, una vez terminada la función.
Una vez estábamos en el interior por puerta situada a la izquierda, nos encontrábamos con una visión diferente. A la entrada, a la izquierda el ambigú, al frente las escaleras que te llevaban a la segunda planta y a la derecha la puerta de acceso a la platea o patio de butacas.
En el ambigú, te encontrabas con el mostrador. Por la puerta de la derecha entrabas en el patio de butacas, con un pasillo por el que accedías a la parte trasera o a las primeras butacas. Independientemente de que entráramos por la zona del ambigú, girando a la izquierda, o por la puerta central que daba la plaza, nos dirigimos hacia la zona de la pantalla. Allí nos encontrábamos con el escenario, al que se subía por unas escaleras laterales, por las que accedían los conferenciantes, los homenajeados, etc. Y lógicamente, estaba la pantalla en la que se proyectaban las películas. Esta pantalla se cubría con cortinas, que se abrían momentos antes de iniciarse la sesión de cine.
No podemos olvidarnos, que al desplazarnos por el pasillo central, al llegar a la primera fila había un pasillo bastante amplio, que permitía dirigirnos a derecha e izquierda, y que por otro lado, permitía ver las películas sin el impedimento de la altura del escenario. Tampoco podemos olvidar, la presencia en esta zona central de un piano. Parece ser, que en algunas ocasiones se utilizaba, pero lo significativo de este piano, es que estuvo ubicado en el cine Hispania, en el que durante mucho tiempo se tocaba mientras las películas eran proyectadas en la pantalla. Debemos tener en cuenta, que la mayoría de las películas visionadas en el cine Hispania eran <>, no había sonido. Así que era habitual, que las proyecciones fuesen acompañadas por la música del piano. El cine Hispania cerró, y el Coliseum abrió sus puertas, y el piano fue traslado allí para que pudiera seguir ejerciendo su función o simplemente de recuerdo.
Era en esta, donde el papel del acomodador era fundamental, si había dejado de hacer de portero, te ayudaba a encontrar la butaca que te correspondía. No olvidemos que en este momento, las entradas estaban ya numeradas para evitar los engorros que generaban las entradas sin numerar. Por último, al lado izquierdo de la sala nos encontrábamos con un pasillo, que permitía la salida de los espectadores una vez terminada la actividad que se desarrollaba en la sala. La zona de la platea o el patio de butacas, era la que tenía las entradas más caras, dado que en teoría permitían una mejor visión, eran más cómodas y permitía una salida más rápida, una vez terminada la función.
El número de butacas que existía en esta zona era importante. A través de una de las fotos que se conservan del interior de la sala de butacas, había 17 filas a ambos lados del pasillo central, cada una con 9 butacas. En total tendríamos unas 300 butacas más o menos.
Si en vez de entrar en la platea o patio de butacas, nos dirigíamos al frente, dejando al lado el ambigú, nos encontrábamos con una escalera en dos tramos, que nos llevaban hacia el primer piso, allí, a la derecha está el ambigú y a la izquierda, una puerta que nos permitía adentrarnos en un espacio dividido en dos zonas diferentes. El anfiteatro, situado en la zona delantera, compuesta de dos o tres filas con butacas, que permitía visionar la pantalla, el escenario y parte del patio de butaca. El valor de las entradas era de carácter intermedio entra el precio de las del patio de butacas y las del "paraíso". Esta última zona, estaba formada por varias filas de butacas de madera, que ascendían de forma tal que la última fila estaba muy cerca de las ventanillas por la que se proyectaban las películas. Dada la distancia del escenario y el tipo de asiento, todo de madera, los precios eran los más baratos.
Ambas zonas, eran conocidas popularmente por todos, como el "gallinero", eran las zonas de precios más baratos, a las que acudían las personas que menos recursos tenían, los más jóvenes y también los que más ruido ocasionaban.
Si regresábamos al ambigú, girando a la izquierda, nos encontramos con un pasillo que nos lleva a una zona con tres ventanales, que permitían observar la plaza. Esta era una zona, en la que en muchas ocasiones, durante el descanso, solían utilizarla para pasear o para tomarse el refresco, el bocata o las golosinas que se habían comprado en el ambigú. Al seguir por este pasillo, había una puerta que daba acceso, a través de unas escaleras, a la sala de proyecciones. Era una zona de acceso de restringido, en la que se hallaban las dos máquinas de proyección y, lógicamente, todo aquello necesario para resolver los problemas que se originaran durante la proyección. En esta sala estaban dos pequeñas ventanas que permitía la proyección sobre la pantalla. Esta era, lógicamente, la zona de actuación del operador.
No hay comentarios:
Los comentarios nuevos no están permitidos.