Ningún regalo a una madre se puede igualar a su regalo hacia nosotros: LA VIDA. Lo lamentable es que cada día nacen menos niños y la población está envejeciendo poniendo en peligro el relevo generacional.
Desconozco si se debe a una nueva corriente feminista que considerase que el embarazo pudiera suponer una forma de sometimiento del varón hacia la mujer, o las circunstancias socio-laborales-económicas creadas por nuestros dirigentes, o ambas a la vez, pero traer ahora un hijo a este mundo es tomado casi como una irresponsabilidad.
Si nos damos un paseo por cualquier ciudad lo normal es toparse con personas mayores y perros, pero escasamente niños y mucho menos mujeres embarazadas. Además, los escasos niños que hay son poco menos que "importados", ya que muchos pertenecen a familias de inmigrantes.
Menos mal que nuestras autoridades siempre sensibles a las necesidades reales de la población, no solo han tratado de proteger distintas especies como el oso pardo, lobo, lince…sino que también lo han hecho con la especie humana, tanto desde el punto de vista de la natalidad, como de la vida, mediante leyes como el aborto y la eutanasia.
Las consecuencias las sufriremos todos, pero especialmente las generaciones futuras.
A. José Salas en Cartas al Director de El Diario Montañés.
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