Un grupo numeroso de gente intentaba dar un golpe de Estado en Alemania. Para molestarse en preparar semejante alzamiento, creo que hacen falta dos cosas: tener en la cabeza un modelo de normalidad social que sea muy diferente de lo que día a día se está uno encontrando; tener muy claro cómo sería esa "normalidad"; y sufrir, ser habitualmente desgraciados, a causa de la diferencia entre cómo tendrían que ser las cosas, y cómo están siendo (pues es difícil concebir que se tomen tanto trabajo, sólo por el bien de sus conciudadanos o por un mero ideal, sin una energía psicológica personal). Y aquí me viene a la cabeza que, cuando nuestra Transición, Fraga hablaba de "modelo de sociedad", y Anguita decía que "construir" era su palabra preferida; otros podrían, por aquel entonces, expresarse en términos parecidos. ¿Hasta qué punto es bueno tener ideas políticas bien definidas? ¿Cómo saber qué nos mueve realmente a realizarlas? Y ¿por qué restringirlas al ámbito de "nuestro" país?
Adolfo Palacios, para Cartas al Director de El Diario Montañés.
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