para todos los cristianos.
Hoy amigos para siempre
y con alegría brindamos.
Cartas, llamadas, mensajes,
risas, cariños, abrazos.
Todo es un homenaje
de hogareño regazo.
La Navidad repetida,
que tiene… pues lo que ocupa,
démosla por bienvenida,
pero miremos con lupa.
Yo cuento como la veo,
(quizá con un ojo tuerto),
sin asegurar si es cierto,
sólo es lo que yo creo.
En una casa cualquiera,
(quizá la de mi vecino),
que tiene claro el camino
de su verdad verdadera.
OS CUENTO.
Hoy en casa de Jesús,
hijo de José y María,
se está comiendo muy bien,
en cantidad y muy bueno.
Y en vistosa estantería
tienen puesto un gran Belén
y a Santa Claus con sus renos.
Y de fondo un niño o niña cantando:
Jesusito de mi vida,
eres niño como yo,
por eso te quiero tanto
y te doy mi corazón
Aquí no falta un fragmento,
brilla la cubertería.
Todo parece de cuento,
con manjares suculentos
y derroche de alegría.
E incluso la chimenea,
que con llamas alardea,
siempre subiendo hacia arriba,
que tonifica y caldea
para mejor perspectiva.
Y tantas luces chillonas,
que traviesas hacen guiños
con variados coloridos.
Con la familia reunidos,
mayores, viejos y niños.
Los regalos en sus cajas,
envueltos en celosías
y esmerado caché.
¡¡Viva el Niño y María,
la vaca, el buey y José!!
En la mesa, todos juntos,
una voz pide sin tino,
mientras un buen vino bebe,
que le traigan los percebes
y también los langostinos.
Que después viene la sopa
de las de: “más… que yo quiero”,
mientras se cambia de vino,
pues llega por el camino
una pierna de cordero.
Y en platos repujados
que causan admiración
y acrecientan la gula,
sabrosas lonchas de jamón
y detrás unas angulas.
Luego tarta y helado
y un champán de calidad.
Y algunos, “colocaditos”,
aún se toman dos chupitos…
y ¡¡VIVA LA NAVIDAD!!
*******
****
***
**
sólo es lo que yo creo.
En una casa cualquiera,
(quizá la de mi vecino),
que tiene claro el camino
de su verdad verdadera.
OS CUENTO.
Hoy en casa de Jesús,
hijo de José y María,
se está comiendo muy bien,
en cantidad y muy bueno.
Y en vistosa estantería
tienen puesto un gran Belén
y a Santa Claus con sus renos.
Y de fondo un niño o niña cantando:
Jesusito de mi vida,
eres niño como yo,
por eso te quiero tanto
y te doy mi corazón
Aquí no falta un fragmento,
brilla la cubertería.
Todo parece de cuento,
con manjares suculentos
y derroche de alegría.
E incluso la chimenea,
que con llamas alardea,
siempre subiendo hacia arriba,
que tonifica y caldea
para mejor perspectiva.
Y tantas luces chillonas,
que traviesas hacen guiños
con variados coloridos.
Con la familia reunidos,
mayores, viejos y niños.
Los regalos en sus cajas,
envueltos en celosías
y esmerado caché.
¡¡Viva el Niño y María,
la vaca, el buey y José!!
En la mesa, todos juntos,
una voz pide sin tino,
mientras un buen vino bebe,
que le traigan los percebes
y también los langostinos.
Que después viene la sopa
de las de: “más… que yo quiero”,
mientras se cambia de vino,
pues llega por el camino
una pierna de cordero.
Y en platos repujados
que causan admiración
y acrecientan la gula,
sabrosas lonchas de jamón
y detrás unas angulas.
Luego tarta y helado
y un champán de calidad.
Y algunos, “colocaditos”,
aún se toman dos chupitos…
y ¡¡VIVA LA NAVIDAD!!
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**
Hay que salir a la calle,
ahora que está nevando
con copos fríos de “navidad”,
donde otro Jesús, rogando,
quiere un poco de igualdad.
Vive en choza de tablones,
con un tejado de latón
y un fuego alicaído.
El “belén” son tres ratones,
que si anda distraído
pues le comen la ración.
Unas papas arrugadas,
que, por ser en este día,
las completó con sal y fe,
las coció al baño María,
sin más Niño, ni más José.
Pues además de ser viejo
y sin tener ningún bien,
le dice al Niño hermoso:
Que él es cristiano piadoso,
sin aceite en el pellejo,
sin aceite en la sartén.
De lo malo a… lo fatal.
Una “navidad” de drama,
de otro Jesús en la cama…
la cama de un hospital.
Que, acuciado por dolencias,
ya no exige, ni reclama
tan sólo pide clemencia
y le saquen de ese mal.
Por eso el tuerto decía,
al comenzar este cuento
y con la mejor voluntad,
el cómo cambia un evento,
de ser NAVIDAD…o “navidad”.
Y ese de la trinchera,
entre lodo y fragmentos,
al filo de mala suerte,
ya no pide ni la “navidad”,
tan solo pide un momento
para no dar con la muerte
y encontrarse con la PAZ.
¡¡Cuántas escenas mundanas!!
¡¡Cuánta miseria en escena!!
¡¡Qué grandes desigualdades!!
¿Infortunios, voluntades?
Pero a pesar de estas penas,
Yo deseo FELICIDADES.
Para el que tiene Belén
o un árbol de NAVIDAD,
con hogar lleno de gloria
y a Jesús en la menoría,
que vino al Mundo a dar PAZ.
Y deseo FELICIDADES,
de manera permanente
y con toda voluntad,
a toda esa buena gente
que pasan su “navidad”.
quiere un poco de igualdad.
Vive en choza de tablones,
con un tejado de latón
y un fuego alicaído.
El “belén” son tres ratones,
que si anda distraído
pues le comen la ración.
Unas papas arrugadas,
que, por ser en este día,
las completó con sal y fe,
las coció al baño María,
sin más Niño, ni más José.
Pues además de ser viejo
y sin tener ningún bien,
le dice al Niño hermoso:
Que él es cristiano piadoso,
sin aceite en el pellejo,
sin aceite en la sartén.
De lo malo a… lo fatal.
Una “navidad” de drama,
de otro Jesús en la cama…
la cama de un hospital.
Que, acuciado por dolencias,
ya no exige, ni reclama
tan sólo pide clemencia
y le saquen de ese mal.
Por eso el tuerto decía,
al comenzar este cuento
y con la mejor voluntad,
el cómo cambia un evento,
de ser NAVIDAD…o “navidad”.
Y ese de la trinchera,
entre lodo y fragmentos,
al filo de mala suerte,
ya no pide ni la “navidad”,
tan solo pide un momento
para no dar con la muerte
y encontrarse con la PAZ.
¡¡Cuántas escenas mundanas!!
¡¡Cuánta miseria en escena!!
¡¡Qué grandes desigualdades!!
¿Infortunios, voluntades?
Pero a pesar de estas penas,
Yo deseo FELICIDADES.
Para el que tiene Belén
o un árbol de NAVIDAD,
con hogar lleno de gloria
y a Jesús en la menoría,
que vino al Mundo a dar PAZ.
Y deseo FELICIDADES,
de manera permanente
y con toda voluntad,
a toda esa buena gente
que pasan su “navidad”.
Tinuco
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