14 junio 2023

LA LIMPIEZA

Hasta ahora hemos visto, a todos aquellos que intervenían durante la proyección de las películas, pero además había otras personas que jugaban un importante papel todos los días para que los espectadores estuvieran cómodos en la sala. Estas personas eran las dedicadas a la limpieza de las salas de cine. Aquí jugó un papel importante una vecina de nuestro barrio. Marí, la hija de Julia y Gerardo, desde el momento en que se inauguró el cine Lido, ella estuvo limpiando el cine hasta que se cerró. La jornada de trabajo era de mañana. El trabajo era duro, pues en aquellos momentos no éramos muy cuidadosos los espectadores, tirábamos los residuos de nuestras pipas, de los cachuetes, de los chicles, pues era habitual entrar en el cine con todo tipo de golosinas y el tirar los restos por el suelo y proyectarlo hasta la zona de butacas.
Eso tenían que limpiarlo todos los días Marí y su compañera. También el polvo de los residuos de que había en las butacas, barrer y recoger todo lo que había en el suelo. Eso en el patio de butaca pero después había que subir al “gallinero”, la zona más barata, donde se asentaban los más jóvenes y traviesos de los espectadores y allí la suciedad era mayor.
Después había que limpiar los servicios, la taquilla de la entrada y la cabina de las máquinas. Y sin olvidar la acera de la calle, donde los espectadores esperaban a que abriesen las puertas para entrar al cine.
Estas eran todas las personas del barrio, que trabajaron para alguno de los cines que había en el pueblo. Aunque estos eran los trabajadores oficiales, había otros que también jugaron su papel en el cine. Me acuerdo, que mi hermano Chuchi, durante un tiempo, iba con sus amigos, Vicentín o Lolo, a poner en sitios señalados, los carteles de las películas que se proyectaban durante la semana. Así era habitual situarlos en los árboles cerca de la iglesia, en el árbol que había en la zona de la Avenida Quijano, cerca del quiosco, por donde pasaban casi todos los vecinos, bien hacía la fábrica o hacia la “coperativa”. Sin olvidarse de fijar carteles en los distintos pueblos del municipio, lo que implicaba la utilización de la bicicleta. No tenía sueldo, pero si entrada gratis al cine.
Por otro lado, los hijos de los trabajadores de los cines, teníamos la prerrogativa de entrar gratis al cine, lo que venía a suponer un gasto menos para la familia.


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