El Tiempo en Corrales de Buelna,Los

07 diciembre 2015

VOTO EN BLANCO, VOTO NULO Y ABSTENCIÓN

VOTO EN BLANCO: Se considera un voto en blanco cuando no hay papeleta dentro del sobre. En las elecciones de 2011, el 0,97% de los votos fueron en blanco (a los que habría que añadir el 0.01% que consiguió el partido Ciudadanos en Blanco).
Se pueden buscar muchos significados al voto en blanco. De acuerdo a la opinión de mi profesor de derecho político (uno de los padres de la constitución) en primero de carrera era que el que vota en blanco señala que está de acuerdo con el sistema, pero que no encuentra un partido que termine de representarlo. Es bonito verlo así, pero el hecho, es que el voto en blanco es un voto que se regala a la mayoría.
De acuerdo a la ley electoral española, un voto en blanco se considera válido, y se suma al total de votos computados para hacer el recuento de escaños, aunque no se asignan a ningún partido. Recordamos en el pasado artículo, que de acuerdo a la actual ley electoral se excluye del recuento a aquellas candidaturas que no obtengan al menos el 3% de los votos.
Votar en blanco, por lo tanto, hace aún más difícil que estos partidos consigan un escaño.
El partido Ciudadanos en Blanco es otra forma de votar en blanco. Con el mismo resultado que lo anterior si no consigue escaño, pero si lo consigue aseguran que dejarán el escaño realmente en blanco: no acudirán ni a las reuniones ni votaciones, etc.
VOTO NULO: En España es bastante fácil el sistema de votación, por lo que el voto nulo suele ser sobre todo consciente. Un 0,9% de los votos en las elecciones de 2011 fueron nulos.
El voto nulo no computa, por lo tanto no tiene el efecto anterior de perjudicar a las minorías. Sin embargo, probablemente al reducirse el número de votos a terceros y cuartos partidos, en favor de los mayoritarios, y dado el sistema D´hont, de algún modo favorece a los partidos mayoritarios. Pero el efecto debería ser pequeño.
ABSTENCIÓN: En España votar es un derecho, no una obligación. Por lo tanto, abstenerse es perfectamente lícito. Eso sí, en España no hay mínimos exigidos para que una votación sea válida. Así que aunque se abstenga una amplia mayoría de los votantes, los resultados son igualmente válidos.
Del mismo modo que el voto nulo, la abstención favorece en general a los grandes partidos, pero con un efecto que debería ser muy pequeño.