Se habla con frecuencia de puestos y tareas donde apenas hay mujeres. Se suele aludir a la costumbre o la cultura como cusa, que sin duda es verdad, pero también hay ciertas evidencias que no pueden soslayarse por más tiempo, y debería estar más abierto a que la naturaleza, las inclinaciones, tuvieran algo que ver, y no cerrarse a un examen exhaustivo del tema, evitando descalificar automáticamente como sexistas, etc., a quienes lo apuntan pues en todas las épocas ha habido tabúes que han dificultado la investigación, y la nuestra no va a ser una excepción, por muy definitivos que nos creamos. Hay que empezar reconociendo que las mujeres, como los hombres, no son todas iguales, hay excepciones; y que al mismo tiempo hay una norma, o mayorías, de manera que una golondrina no hace verano. Y también hay que mirar esos oficios donde predominan las mujeres, y plantearse la cuestión recíproca: por qué no hay más hombres ahí. ¿Por qué de esto no se habla tanto?, ¿por qué interesan a las mujeres “puestos de poder”? ¿La enseñanza o la enfermería no lo son? ¿Los otros sí, por definición? ¿Quién está tan seguro de eso? ¿Por qué? Y, más allá de esto, ¿es el camino del poder el más indicado?
Adolfo Palacios González, en Cartas al Director, de El Diario Montañés
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