MORATORIA

Con el afecto de una larga y buena amistad de vecindad de nuestras familias, de la que guardo un excelente recuerdo, he decidido dar réplica a una carta titulada Blasfemias, que Adolfo Palacios remitió a la sección de Cartas al Director, de El Diario Montañés:

Quisiera hacer una precisión a la excelente carta de Adolfo Palacios en la que, refiriéndose a la blasfemia, acababa diciendo: "yo a mis amigos cristianos les recomendaría que contratasen a un abogado mejor".

No debe ser motivo prioritario de ningún cristiano buscar abogado alguno, ya que somos seguidores de un líder que precisamente fracasó en los juzgados de aquellos tiempos, en los que Él mismo nos enseñó que, con la justicia terrenal, es más fácil que se salve el Barrabás de turno que el Ciudadano Ejemplar, que se pasó su vida haciendo el bien.

Nuestro deambular por aquí debe ceñirse a intentar cumplir sus mandamientos procurando, a lo largo de nuestra vida, tratar de ser buen hijo, padre, hermano, esposo, vecino …. , ciudadano en general, para llegar al Gran Juicio con las alegaciones suficientes que nos permitan ganar ese trascendental pleito. Contamos con una ventaja, y es que sabemos que se nos va a juzgar sobre el amor y más concretamente el que hayamos practicado hacia nuestro prójimo (próximo).

Tenemos también un inconveniente y es que, el citado evento es ‘sine die’, por lo que no se ha precisado una fecha concreta para el mismo. Por ese motivo algunos tenemos solicitada una moratoria, ya que todavía no estamos seguros de haber conseguido las suficientes “pruebas testificales” que nos den alguna mínima esperanza de salir airosos de ese trance, además de que aquí todavía nos encontramos muy bien.
A. José Salas en Cartas al Director de El Diario Montañés (No publicada)