Llegó a Roma hace tres años con ganas de dar nuevos aires a la Iglesia católica y lo está consiguiendo. No solo por su actuación ante los casos de pederastia o sus opiniones sobre el divorcio, la homosexualidad y la naturaleza, que levantan ampollas y veneración a partes iguales: el papa Francisco también ha enamorado a internet.
El papa también lleva a cabo sus propias iniciativas tecnológicas. Consciente de la importancia de la educación para el desarrollo de una sociedad, ha impulsado una aceleradora de empresas, Scholas Labs, que invierte en proyectos que usan la tecnología para mejorar la educación, así como la inclusión e integración sociales. Si la idea es seleccionada, durante cuatro meses se le dan las herramientas necesarias para que se pueda convertir en realidad.
Es consciente del poder de Internet e intenta usarlo en beneficio de su propio pontificado, para que su mensaje llegue a mucha más gente. El pasado mes de enero dijo que las redes sociales eran “un regalo de Dios”: “No es la tecnología la que determina si la comunicación es auténtica o no, sino más bien el corazón humano y nuestra capacidad para usar sabiamente los medios a nuestra disposición”. Para él, internet “podría usarse para construir una sociedad próspera y abierta a compartir. Las redes sociales pueden facilitar las relaciones y promover el bien de la sociedad”, pero también ha dicho que los smartphones deberían estar prohibidos durante las cenas familiares y que los niños no deberían tener un ordenador en su cuarto. Opiniones que, en principio, parecen muy sensatas y fáciles de compartir. [ ver artículo completo en bez]
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